Claudio Fernández –Araóz,
Andrew Roscoe y Kentaro Aramaki en la edición de noviembre-diciembre de Harvard Business Review plantean que las organizaciones en todo el mundo están fallando
en un punto clave que analiza sus posibilidades de éxito: el desarrollo de
directivos. Según una investigación
realizada por Corporate Executive Board
el 66% de las compañías invierten en programas dirigidos a identificar los profesionales de alto potencial para
ayudar a su desarrollo pero sólo el 24 % de los ejecutivos senior consideran
que son eficaces. Únicamente el 13% tiene
confianza en las estrellas que surgen de sus organizaciones y en casi el
30& de las ocasiones los altos directivos se seleccionan de empresas
externas.
El problema no radica en
la falta de talento interno. En Egon Zehnder, por ejemplo, han estado midiendo el potencial
directivo durante más de 30 años y han
identificado los predictores que se
correlacionan fuertemente con las
competencias necesarias para los altos ejecutivos. La primera es tener la
motivación adecuada, lo que implica el fuerte compromiso para destacar en la
búsqueda de grandes metas, pero que en gran medida es contextual, ya que, por
ejemplo, los líderes de una organización de ayuda y los de un banco tendrán
distintos tipos de motivación. Éste predictor no puede ser medido con facilidad
o comparado entre las distintas personas, pero otros como la curiosidad, la
perspicacia el compromiso y la determinación pueden ser medidos y comparados.
Desgraciadamente, muchas
organizaciones no han descubierto todavía como pueden desarrollar a sus líderes
potenciales. Este hecho limita las posibilidades de promoción de los
profesionales y con el tiempo su compromiso, incrementado la rotación. Una
investigación reciente de Gallup muestra que el 51% de los directivos
estadounidenses se sienten desconectados de su trabajo y organizaciones y que
un 55% estaban buscando oportunidades externas.
El bajo compromiso y la
alta rotación resultan muy caros, especialmente si se da entre los
profesionales con alto potencial en los que ya se han invertido recursos. Para
evitar este desperdicio masivo de talento y crear programas de desarrollo más
eficaces los autores proponen:
1.- Determinar cuáles son
las competencias de liderazgo más importantes para su organización. En Egon
Zehnder han identificado siete que consideran cruciales para los altos
ejecutivos de las grandes compañías: orientación a los resultados, orientación
estratégica, colaboración e influencia, liderazgo de equipos, desarrollo de las
capacidades de la organización, liderazgo del cambio y comprensión y
conocimiento del mercado. A éstas se suma una octava que muchas empresas están
encontrando que es esencial para el desempeño del alto ejecutivo y es la integración.
2.- Evaluar de forma
rigurosa el potencial de los aspirantes a directivos, comprobando sus
motivaciones y valorando el grado que tienen en cada uno de los predictores
mencionados anteriormente.
3.- Diseñar un mapa de
crecimiento que muestre cómo las
fortalezas de la persona en cada uno de los predictores se alinea con las
competencias requeridas para s diversos roles.
4.- Ofrecer a los
profesionales con alto potencial las oportunidades de desarrollo adecuadas,
incluyendo las promociones o rotaciones para las que en un principio parece que
todavía no están reparados, acompañándolas de coaching y del apoyo que puedan
necesitar. Por ejemplo, a una persona curiosa y perspicaz puede se le pueden
asignar proyectos estratégicos e innovadores o a un profesional con alto nivel
de compromiso se le puede encargar que gestiones pequeños equipos y que trabaje
con clientes clave.
Antes de que cualquier
organización pueda comenzar a identificar el potencial directivo de sus
profesionales de acuerdo con las competencias requeridas debemos determinar lo
que necesita exactamente, lo que va a variar según el tipo de negocio y del rol
a desempeñar. También identificando las competencias que son más cruciales en
función de los objetivos y desafíos a los que tendrá que hacer frente.
Los autores sugieren
evaluar a los ejecutivos sobre el
dominio de las ocho competencias básicas valorando el nivel que poseen entre un
rango del 1(básico) al 7 (extraordinario). Consideran, también, los cuatro
rasgos: curiosidad, capacidad de entender y perspicacia, compromiso y
determinación, que sirven para predecir las posibilidades de progreso de los
directivos:
I.-
ORIENTACIÓN A RESULTADOS:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad y la determinación.
Nivel
1:
Completa las tareas asignadas.
Nivel
2:
Trabaja para conseguir que las cosas mejoren.
Nivel
3: Alcanza
metas.
Nivel
4: Supera
las metas establecidas.
Nivel
5: Mejora
las prácticas y el desempeño dentro de la organización.
Nivel
6: Rediseña
las prácticas buscando resultados exitosos.
Nivel
7: Transforma
el modelo de negocio.
II.-
ORIENTACIÓN ESTRATÉGICA:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad y la perspicacia.
Nivel
1: Entiende
los asuntos más cercanos.
Nivel
2: Define
planes dentro de una estrategia más amplia.
Nivel
3: Marca
prioridades multianuales.
Nivel
4: Define
la estrategia plurianual para su propia área.
Nivel
5: Cambia
la estrategia de negocio en múltiples áreas.
Nivel
6: Crea
estrategia corporativa de alto impacto.
Nivel
7: Desarrolla
estrategia corporativa innovadora y exitosa.
III.-
COLABORACIÓN E INFLUENCIA:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad, el compromiso y la determinación.
Nivel
1: Responde
a los requerimientos.
Nivel
2: Apoya
a sus compañeros.
Nivel
3: Se
relaciona y compromete de forma activa con sus compañeros.
Nivel
4: Motiva
a los demás para trabajar con él.
Nivel
5: Facilita
la colaboración entre equipos.
Nivel
6: Genera
una cultura colaborativa.
Nivel
7: Forja
alianzas trasnformadoras.
IV.-
LIDERAZGO DE EQUIPOS:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad y el compromiso.
Nivel
1: Dirige
el trabajo.
Nivel
2: Explica
qué hay que hacer y por qué.
Nivel
3: Obtiene
contribuciones por parte del equipo.
Nivel
4: Inspira
el compromiso dentro del equipo.
Nivel
5: Desarrolla
al equipo para que actúe con independencia.
Nivel
6: Motiva
a diversos equipos para que obtengan alto desempeño.
Nivel
7: Crea
una cultura de alto rendimiento.
V.-
DESARROLLO DE CAPACIDADES ORGANIZACIONALES:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad, la perspicacia y el compromiso.
Nivel:
Apoya
los esfuerzos de desarrollo.
Nivel
2: Anima
a los profesionales para que se desarrollen.
Nivel
3: Apoya
de forma activa el desarrollo de los miembros del equipo.
Nivel
4: Construye
de forma sistemática las competencias del equipo.
Nivel
5: Ayuda
al desarrollo fuera del equipo.
Nivel
6: Desarrolla
las competencias de la organización.
Nivel
7: Promueve
una cultura centrada en la gestión del talento.
VI.-
LIDERAZGO DEL CAMBIO:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad, la perspicacia, el compromiso y la determinación.
Nivel
1: Acepta
el cambio.
Nivel
2: Apoya
el cambio.
Nivel
3: Detecta
y señala la necesidad de cambios.
Nivel
4: Defiende
y argumenta de forma convincente la necesidad de cambios.
Nivel
5: Moviliza
a los demás para iniciar los cambios.
Nivel
6: Elige
y dirige con firmeza el momento del cambio.
Nivel
7: genera
e integra una cultura abierta a los cambios.
VII.-
COMPRENSIÓN DEL MERCADO
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad y la perspicacia.
Nivel
1: Conoce
el contexto más inmediato.
Nivel
2: Conoce
los fundamentos generales del mercado.
Nivel
3: Investiga
las dinámicas del mercado y de los clientes.
Nivel
4: Conoce
y entiende profundamente el mercado.
Nivel
5: Genera
perspectivas sobre el futuro del mercado.
Nivel
6: Identifica
oportunidades emergentes de negocio.
Nivel
7: Busca
fórmulas para transformar el negocio o industria.
VIII.-
INTEGRACIÓN:
Los rasgos que la
fortalecen son la curiosidad, la perspectiva y el compromiso.
Nivel
1: Acepta
puntos de vista distintos.
Nivel
2: Comprende
los distintos puntos de vista.
Nivel
3: Integra
los distintos puntos de vista.
Nivel
4: Trabaja
bien con grupos diversos.
Nivel
5: Facilita
el compromiso entre distintos grupos de profesionales.
Nivel
6: Incrementa
de forma estratégica la diversidad en la selección y captación de
profesionales.
Nivel
7: Crea
una cultura de inclusión.
Al definir los niveles de
competencias de los puestos debemos resistir la tentación de demandar niveles altos en todas las
competencias porque no vamos a encontrar líderes que sean perfectos. En un
estudio de más de 5000 ejecutivos de 47
organizaciones realizado por los autores en colaboración con Mc Kinsey encontraron
que únicamente en el 1% de los mismos los resultados medios superaban el nivel
6 y sólo el 5% tenían una media de 5. Por lo tanto, para los puestos de más
alto nivel se debe buscar que tengan un nivel superior a la media en la mayor
parte de las competencias y valores estándar en 2 o 3.