domingo, 22 de enero de 2023

COMO CREAR UN ENTORNO LABORAL AMIGABLE QUE EVITE EL ABANDONO

 


Friederike Fabritius, neurocientífica,  en “The brain friendly workplace. Why talented people quit and how to get them to stay”, ofrece una serie de claves basadas en la ciencia y probadas sobre el terreno para conseguir crear un lugar de trabajo amigable.

En el momento actual tenemos la oportunidad de crear un mejor futuro en relación con el entorno laboral. El antiguo paradigma  corporativo de horas de trabajo excesivas, escaso descanso, reuniones interminables y viajes sin fin está muerto. Nadie quiere volver a él, ya que es malo para el desempeño y para la salud física y mental. El futuro es híbrido y requiere un nuevo paradigma flexible que ayude a todos a alcanzar un gran desempeño: un entorno laboral amigable para la mente.

En julio de 2021 el Wall Street Journal publicaba que los profesionales estadounidenses estaban abandonando su trabajos con mayor frecuencia que en las dos décadas anteriores, al gravitar hacia trabajos más apropiados para sus habilidades, intereses y vidas personales.

El entorno laboral amigables para nuestra mente retiene el talento porque nos anima a trabajar de acuerdo con lo que nuestro cerebro necesita para trabajar de forma óptima. Valora a los profesionales con distintos patrones mentales por las ideas diversas que aportan a sus equipos., llegando a valorar la diversión. Como mantiene la autora: “si no te diviertes en el trabajo no estás teniendo tu mejor desempeño”.

Fabritius considera que cuatro sustancias químicas poderosas moldean nuestra personalidad: los neurotransmisores dopamina y serotonina y las hormonas estrógenos y testosterona. Juntas forman cuatro sistemas diferentes que estimulan áreas específicas de nuestro cerebro.

Las personas con niveles elevados de dopamina son curiosas, enérgicas y orientadas hacia el futuro, como es el caso de los inventores y emprendedores. Suelen aburrirse fácilmente y necesitan estar siempre buscando nuevos y excitantes proyectos.

Las personas con niveles altos de serotonina son detallistas, responsables. Cautas y leales. Les agrada la rutina y disfrutan con la consistencia y la estabilidad.

Las personas con niveles elevados de testosterona son duras, directas y disfrutan ejercitando su poder. Tienden a ser analíticas y utilizan el pensamiento sistémico, lo que implica actuar de forma lógica pasando de una etapa a la siguiente para solucionar un problema.

Las personas con niveles altos de estrógenos son empáticas y buenas a la hora de construir relaciones personales y comunitarias. Los estrógenos incrementan la secreción de la hormona oxitocina que aumentan los sentimientos de unión y confianza. Destacan por el pensamiento lateral, lo que implica examinar un problema desde múltiples ángulos hasta que surge una perspectiva. Las personas con pensamiento lateral destacan por su capacidad de contemplar las implicaciones a largo plazo de las decisiones y por hacer conexiones que otros tipos de pensadores no logran hacer.

Helen Fisher ha dedicado décadas a investigar la forma en la que estos cuatro sistemas mentales condicionan la personalidad. El inventario del temperamento de Fisher (FTI)  ha sido utilizado por más de 16 millones de personas en más de 40 países. En 2015 cofundó NeuroColor, empresa de consultoría que ayuda a empresas y gobiernos a utilizar herramientas basadas en la neurociencia para ayudar a que sus ejecutivos alcancen desempeños sobresalientes.            

De los datos de sus investigaciones se desprende que los altos ejecutivos tienden a puntuar más alto en el cuestionario en los rasgos asociados con los sistemas ligados a la testosterona y a la dopamina que la población normal, independientemente del género.

Estos líderes con niveles elevados de testosterona y dopamina presentan muchas buenas cualidades: son duros, directos y lógicos. Prosperan en entornos laborales con insanas horas de trabajo y enormes presiones. Son carismáticos e impacientes y les gusta el riesgo. No pierden el tiempo y van directamente a los asuntos, sin divagaciones.

Pero, algunos ejecutivos en los que domina la testosterona pueden ser considerados maleducados y con escaso control de sus impulsos. Pueden generar entornos de trabajo extremadamente estresantes y no son capaces de comprender que los profesionales con otros sistemas mentales pueden no sentirse emocionados y motivados a lograr su mejor desempeño; no entendiendo cuando éstos dicen que están exhaustos, pensando que son unos vagos.

Llevados al extremo los líderes con niveles altos de dopamina y testosterona pueden promocionar y recompensar a los profesionales que muestran la “triada negra” de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía y castigar a aquellos que reaccionen negativamente ante el estrés extremo. Esto genera un ambiente tóxico de trabajo que hace que los profesionales con otros sistemas mentales se desanimen y piensen en abandonar en cuanto puedan.

Las mujeres ejecutivas con niveles altos de dopamina/testosterona con frecuencia sienten la necesidad de triunfar y, en ocasiones, son promocionadas porque por sus rasgos les resultan más familiares a los hombres en la cumbre. Algunas pueden ser líderes inspiradoras y movilizadoras, pero otras pueden mostrar los mismos comportamientos que sus compañeros masculinos con las mismas características y ser maleducadas, ofensivas, creando entornos laborales muy estresantes, exhibiendo poca empatía y pobre control de impulsos.

Un meta- análisis de 63 estudios realizado por la asociación americana de psicología mostraba que cuando las mujeres actúan de forma asertiva y dominante, su comportamiento es considerado de forma más negativa que cuando son  los hombres los que se comportan de este modo. El estudio concluía que las mujeres que se mostraban asertivas con sus ideas, hacían requerimientos directos y abogaban por ellas mismas gustan menos que los hombres.

El 86% de las mujeres millennials en un estudio realizado en 2017 y publicado por Kavita Sahai en Forbes, manifestaban que habían abandonado cómodos trabajos corporativos. El 33% se habían sentido restringidas e infelices y el 43% que no estaban realizando aquello que les apasionaba.

La diversidad de pensamiento facilita la creación de equipos más eficaces, pero como Helen Fisher plantea: “cuando las organizaciones reflexionan sobre la diversidad, piensan en la raza, género o antecedentes culturales, pero no en la diversidad de mentalidad. Por lo que podemos tener la representación adecuada de mujeres, por ejemplo, pero si comparten el mismo perfil de personalidad, el grupo no va a ser tan diverso como pensamos”.

En 2020 millones de personas comenzaron a trabajar desde sus hogares lo que ha provocado una enorme disrupción y puede ser una oportunidad sin precedentes para comenzar una revolución en los entornos laborales que era necesaria desde hace décadas. Un entorno laboral amigable que apoye a todos los sistemas mentales facilita un  apasionante nuevo  paradigma para esta revolución.

Esta necesidad se pone de manifiesto por ejemplo cuando en 2021 se filtró a la prensa un documento interno de Goldman Sachs que facilitaba una mirada impactante a esta organización. Los analistas de primer año informaban que trabajaban una media de 90 horas a la semana y dormían solo 5 horas por la noche. El 100% decían que sus relaciones personales se habían deteriorado y que se enfrentaban a plazos de entrega de sus trabajos irreales. 42% se quejaban de haber experimentado acusaciones injustificadas y el 17% un trato irrespetuoso. Puede parecer que es lo esperable al trabajar en un banco de inversiones pero, al final, quien es el verdadero perdedor es la compañía, ya que se convertirá en una organización que solo atraerá a personas con sistemas mentales dominados por la dopamina o testosterona y como resultado perderá el talento y las perspectivas que una mayor diversidad de sistemas proporcionan.

Las organizaciones han concedido erróneamente el mayor valor a los ejecutivos que pueden viajar continuamente por el mundo, sin dormir y consumiendo miles de cafés, porque piensan que éstos son los que tienen un mayor desempeño, pero ha llegado el momento de ser conscientes del valor de todos los sistemas mentales, porque, como hemos visto, las personas con elevados niveles de estrógenos y serotonina destacan por su empatía y pensamiento lateral y buscan construir relaciones armoniosas. Por ello, pueden ser excelentes líderes, reflexivos y con capacidad de construir equipos. Pero las compañías los pierden cuando les avergüenzan por pedir horarios razonables, permisos para cuidar a la familia y un equilibrio vida personal/profesional sano.

Los estadounidenses según un informe elaborado por el Instituto Becker Friedman, durante la pandemia, con el teletrabajo, pudieron evitar perder 60 millones de horas en los desplazamientos de  sus casas al trabajo. Tiempo que emplearon en actividades de ocio, mejora  y dedicación a la familia.

Crear un entorno laboral amigable que resulte atractivo para todos los sistemas mentales tiene numerosos beneficios. Es más sencillo reformar el entorno que cambiar a las personas, por lo que debemos dejar que éstas puedan utilizar sus fortalezas en lugar de intentar cambiar sus personalidades.

Una organización prosperará si contrata y respeta a sus profesionales con los 4 sistemas mentales, ya que éstos aportarán valiosas fortalezas complementarias al entorno laboral.

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