miércoles, 25 de enero de 2023

INCONVENIENTES DE LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS RÁPIDA

 


Asher Lawson en INSEAD Knowledge del pasado 19 de enero plantea que cuando nos enfrentamos a tareas complejas muchas personas se apresuran a resolver los problemas. Esto puede resultar especialmente tentador cuando tenemos por delante una gran carga de trabajo con plazos límite, ya que parece que ponernos rápidamente en acción ofrece ventajas en términos de resultados y rapidez.

Pero, esta táctica puede significar que nos sumergimos en la toma de decisiones sin dedicar el tiempo apropiado para entender adecuadamente la tarea a la que nos enfrentamos. Como resultado, los individuos pueden confundir el problema y no enfocarlo de la forma correcta, llegando a una solución menos óptima o incorrecta.

Lawson , junto a Richard P. Larrick y Jack B. Soll, muestran este efecto en un estudio sobre “matemáticas superficiales”, cuando la presencia de números en un problema tienta a las personas a realizar operaciones matemáticas aunque la respuesta correcta no lo requiera.

Cuando una tarea como una operación matemática es difícil las personas sentimos la necesidad de hacer algo. Puede que esto no ayude para realizar bien la tarea o a encontrar una solución, pero nos sentimos bien si estamos haciendo algo. Los investigadores, pues, plantearon la hipótesis de que las matemáticas sencillas tientan a las personas a efectuar las operaciones y les distraen la atención, dificultando el que puedan encontrar el enfoque apropiado para solucionar el problema.

En una serie de experimentos pidieron a los participantes que resolviesen problemas que incluyesen números, pero que no requerían la realización de operaciones matemáticas. Por ejemplo una de las afirmaciones era “Joe fue a un supermercado y compró un paquete de patatas. Una botella de agua costaba un euro, la botella de agua 0,75 euros y un paquete de chicles un euro cincuenta. ¿Cuánto se ha gastado en total?” Aunque Joe solo ha comprado un paquete de patatas muchos participantes sumaban todas las cantidades.

Sorprendentemente en el estudio encontraron que si las operaciones matemáticas eran más complicadas resultaban más atractivas para los participantes y éstos dedicaban más tiempo a cumplimentarlas aunque fuesen irrelevantes para el resultado final. Estudios posteriores de seguimiento han mostrado que los participantes que llegan a las respuestas correctas generalmente no han realizado ninguna operación matemática.

Los investigadores, a la vista de los resultados, sugieren que la presencia de operaciones matemáticas complicadas hace que las personas actúen con rapidez porque entran en pánico al enfrentarse a un problema complejo y quieren asegurarse de que tienen suficiente tiempo para resolverlo, por lo que dedican menos tiempo a formular el problema y se precipitan a resolver operaciones numéricas que creen que son necesarias. También influye la posibilidad de impresionar a los demás al realizar complicados cálculos numéricos. Pero, todo es una ilusión, de progreso si no se ha formulado correctamente el problema.

Si trasladamos estos hallazgos al contexto de la teoría del proceso dual donde las personas oscilan entre el pensamiento deliberativo y el intuitivo, facilita una perspectiva interesante donde los individuos no están necesariamente pensando demasiado rápido, lo que hacen es ir más despacio en los momentos inadecuados.

La presencia de una solución familiar, en el caso del estudio: realizar una operación matemática, puede impedir la consideración de otros enfoques y bloquear el descubrimiento de mejores alternativas.

Estos descubrimientos sugieren:

a).- Los directivos y responsables de toma de decisiones deben centrar sus esfuerzos en mejorar la toma de decisiones, por ejemplo adoptando marcos como el “pensamiento centrado en el valor” de Ralph Keeny que ofrece una guía para crear mejores alternativas ante los problemas de toma de decisiones, utilizando el tiempo empleado en deliberar de forma productiva.

b).- Correr para hacer algo puede resultar perjudicial, pero las personas tenemos la tendencia a apresurarnos a comenzar a realizar una tarea, especialmente si esta es complicada, lo que implicaría que deberíamos dedicar más tiempo a entenderla y no al revés. Los responsables de tomar decisiones en entornos con ritmos rápidos se enfrentan a intensas presiones de tiempo, pero si toman el enfoque incorrecto, el resultado podrá ser tangible, pero no valioso.

Para evitar los plazos límites, que promueven la necesidad de correr, las organizaciones podrían implementar alternativas que impidan que las personas actúen de forma prematura, dirigiéndoles hacia una mayor dedicación a la fase inicial de formulación del problema o situación.

c).- Las organizaciones deben incentivar el que las personas dediquen el tiempo necesario para formular el problema, aunque parezca que es un tiempo en el que no se hace nada al ser un periodo de reflexión y no de acción.

Los hallazgos de las investigaciones también pueden aplicarse a la forma en que nos enfrentamos a los entornos inciertos. Cuando nos encontramos con algo nuevo es fácil que experimentemos una sensación de temor y de falta de dirección, lo que puede ser muy incómodo. Las personas formamos todo tipo de sistemas de creencias, incluyendo el estereotipar, para evitar esta falta de control e intentar llegar a algún tipo de comprensión. Una vez que llegamos a algo aceptable que nos proporciona una cierta sensación de familiaridad y de dirección nos sentimos más seguros, aunque nos lleve por un camino equivocado.

En un contexto organizacional esto puede conducir a la falta de exploración en los entornos inciertos (situaciones que se beneficiarían si se considerasen diferentes enfoques y alternativas). Cuanto más cómodos nos sintamos en situaciones de desconocimiento más evitaremos caer en las soluciones cómodas lo que beneficiará no solo a la organización, sino también a la sociedad.

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