Rosabeth Moss Kanter en HBR Blog Network del pasado 3 de enero plantea que para poder tener mayor seguridad
y confianza en uno mismo o lograr una organización, comunidad, familia o equipo
más seguro y de confianza, tenemos que saber primero que implica.
Tener confianza, según la autora, es
tener la expectativa de un resultado positivo. Si tenemos confianza poseemos la
motivación necesaria para dedicar nuestros esfuerzos, para invertir nuestro
tiempo y recursos y para perseverar hasta que alcancemos nuestra meta. No es la
confianza la que produce el éxito, es el esfuerzo y el trabajo que invertimos
para lograrlo. Pero si no tenemos la suficiente confianza podemos abandonar de
forma prematura o ni siquiera empezar. La desesperanza evita la acción
positiva.
Para conseguir la confianza necesaria
para trabajar para alcanzar nuestras metas Moss Kanter propone que evitemos las
siguientes trampas:
1.- CAER EN PRESUNCIONES AUTODESTRUCTIVAS. Pensamos que no
podemos, por lo que no lo intentamos. No hay que confundir con ser realistas el
actuar como un perdedor antes de comenzar el juego.
2.- PLANTEAR METAS DEMASIADO
AMBICIOSAS O MUY DISTANTES. Tener este tipo de objetivos puede minar la confianza.
El espacio entre una meta gigante y la realidad actual puede ser deprimente y
desmotivador. La confianza va surgiendo de pequeños triunfos, con cada pequeño
paso acercándonos a la gran meta. Pero los pasos pequeños deben ser valorados y
deben convertirse en metas también. Los ganadores piensan en pequeño, además de
en grande.
3.- DECLARAR LA VICTORIA DE FORMA PREMATURA. La disciplina de paso
a paso ayuda a construir confianza y no hay que precipitarse y pensar que ya
hemos ganado cuando sólo hemos alcanzado una meta parcial.
4.- MOSTRAR UN EXCESO DE CONFIANZA EN NUESTRAS POSIBILIDADES INDIVIDUALES. Caemos en una trampa
si pensamos que podemos hacer las cosas nosotros solos sin un sistema que nos
apoye o sin la ayuda de los demás. Los equipos perdedores tienen estrellas,
pero se centran en sus propios resultados, no en los del equipo, con lo
que los resentimientos que se generan y
las inequidades que producen provocan batallas internas que hunden a todos. Para
construir nuestra confianza hay que lograr generar la confianza de los demás y
crear una cultura en la que todos puedan triunfar a través del reconocimiento
de las fortalezas y del mentoring, por ejemplo. Numerosas investigaciones muestran que el dar a los
demás hace que nos sentamos más felices y aumenta nuestra autoestima. Ayudar a
los demás facilita el que éstos, a su vez, nos apoyen.
5.- CULPAR A OTRO. La confianza se apoya en la capacidad de ser
responsables de nuestras propias acciones. Hasta en situaciones difíciles
tenemos formas de responder ante la adversidad sin culpabilizar a los demás o a
situaciones externas. Quejarnos por supuestos daños pasados reduce nuestra
confianza en las posibilidades futuras. Si intentamos no asumir nuestras
responsabilidades, se va generando una cultura en la organización de culpar a
los demás y se genera desconfianza. La confianza es el arte de seguir adelante.
6.- ADOPTAR ACTITUDES DEFENSIVAS. No debemos confundir escuchar y responder
a las críticas con contestar a éstas antes de que se produzcan. No tenemos que
defendernos si no estamos siendo atacados. Pedir disculpas por nuestros
errores, pero nunca por quienes o lo que somos e intentar sentirnos orgullosos de nuestras fortalezas.
7.- DESCUIDAR ANTICIPAR CONTRATIEMPOS. Tener confianza implica dosis de
realidad y no el optimismo ciego de pensar que todo saldrá bien ocurra lo que
ocurra. La confianza surge de ser conscientes de que aparecerán errores,
problemas y pequeñas pérdidas en el camino hacia grandes ganancias. La
confianza se genera cuando somos capaces de ver lo que puede ir mal, buscar
alternativas y sentir que estamos preparados para lo que pueda ocurrir.
8.- MOSTRAR EXCESO DE CONFIANZA. La confianza es un término medio entre
la desesperanza y la arrogancia. Ésta última, junto a la complacencia conduce a
descuidar lo básico, a hacer oídos sordos a los críticos y a mostrarnos ciegos
ante las fuerzas que empujan a los cambios. Como dice el refrán: “El orgullo
precede a la caída”, el camino hacia el fracaso con frecuencia comienza con un
triunfo. Una actitud con cierto grado de humildad permite mantener el nivel
adecuado de confianza.
Muy actual e interesante
ResponderEliminarEl tema que aquí se maneja es muy amplio porque, por un lado debemos cultivar la auto-confianza y por otro necesitamos ganar la confianza de nuestros colaboradores o subordinados. La auto-confianza se desarrolla gradualmente a lo largo de la vida, sin embargo, para obtener el reconocimiento del grupo podemos tomar ciertas medidas que cubran sus expectativas: la honestidad, la competencia en nuestro ámbito y el trato equitativo, son, desde mi punto de vista, los principales fuentes de confianza; también podemos tomar medidas de dirección por ejemplo: plantear metas cercanas y reales, conocer y utilizar las fortalezas propias y ajenas, informar sobre los progresos, expresarnos con claridad y saber escuchar.
ResponderEliminarEn lo que respecta al aspecto relacional-interpersonal es importante que los subordinados se sientan cercanos, valorados y seguros, para esto es importante permitirnos expresar nuestros sentimientos, decir la verdad, cumplir las promesas que hagamos, tener apertura hacia el diálogo tomar decisiones justas y mantener las confidencias que nos sean confiadas.