Jeremy Heimans, cofundador y director de Purpose y cofundador de las comunidades on-line GetUp y Avaaz, y Henry Timms, director ejecutivo de 91nd Street Y y fundador de Giving Tuesday ( un movimiento filantrópico mundial), en la edición de diciembre de Harvard Business Review plantean que está cambiando el poder en el mundo y que las colectividades están retando al liderazgo tradicional, por lo que es necesario entender este “nuevo poder” para saber cómo canalizar de forma positiva su energía.
El poder, tal como se
ha entendido hasta hace poco tiempo, estaba en manos de unos pocos, que una vez
que lo alcanzaban lo defendían celosamente. Es cerrado, inaccesible y dirigido
por un líder.
El “nuevo poder” opera
de otra manera. Es abierto, participativo, distributivo y está en manos de muchas personas.
La lucha y la búsqueda
del equilibrio entre estos dos enfoques será una característica que definirá la
sociedad y las organizaciones en los próximos años.
El poder, como definía
el filósofo Bertrand Russell, es sencillamente “la habilidad de producir unos
efectos intencionados”.
Los antiguos modelos de
poder tienden a requerir poco más que el consumo ( una revista pide a sus
lectores que se suscriban o un zapatero a sus clientes que le compren los
zapatos), mientras el “nuevo poder” se centra en la creciente capacidad y deseo
de las personas de participar en formas que van más allá del consumo, como son:
b).- Rediseñar:
adaptando activos o contenidos ya existentes, transformándolos en algo nuevo.
c).- Financiar. A
través de crowdfunding se están logrando realizar proyectos que de otra forma
no serían factibles. El inconveniente es que, con frecuencia, apelan a las
emociones y no se centran en la viabilidad de los mismos y su impacto a largo plazo.
d).- Producir. En este
nivel de comportamientos los participantes contribuyen con sus esfuerzos y
crean contenidos nuevos. Un buen ejemplo es YouTube.
Este tipo de poder se
caracteriza porque es difuso y enorme ya que canaliza las pasiones y energías
de amplios colectivos.
Al irse integrando
estos nuevos modelos de poder en las vidas cotidianas de las personas y en el funcionamiento
de las comunidades y sociedades está surgiendo un nuevo conjunto de valores. No
sólo el poder está fluyendo de forma diferente, sino que también ha variado la
manera en la que las personas lo sienten y piensan sobre él. Entre los que se
encuentran más comprometidos con estos modelos destacan los menores de 30 años
que asumen que todas las personas tienen el inalienable derecho a participar y
a activamente diseñar y moldear muchos aspectos de sus vidas. Estas
expectativas favorecen el que surjan una
serie de nuevos valores y creencias:
1.- Los grandes
problemas sociales pueden ser resueltos sin la burocracia o la intervención del
estado. Esta idea se apoya en la
esperanza, a veces ingenua, en el poder de la innovación y de las redes
sociales para facilitar bienes y servicios públicos tradicionalmente ofrecidos
por los gobiernos o las grandes instituciones. La toma de decisiones deja de
ser formal para convertirse en informal.
2.- Colaboración. Las
nuevas normas de poder conceden una importancia especial a la colaboración.
Refuerzan el instinto natural a cooperar en lugar de competir recompensando a
aquellos que comparten sus ideas, difunden las de otros o mejoran las ideas ya
existentes.
4.- Transparencia
radical. Las antiguas nociones de privacidad se están reemplazando por una
especie de transparencia permanente ya
que los jóvenes parecen vivir sus vidas exponiéndolas en las redes
sociales. Esta necesidad de transparencia es cada vez mayor a nivel de las organizaciones y los gobiernos y se está convirtiendo en una
demanda de los ciudadanos para impedir prácticas corruptas.
5.- Afiliación. El
nuevo poder apoya la necesidad de la afiliación, pero ésta es menos permanente
que en el modelo tradicional. Las personas se unen, apoyan y comparten proyectos,
asociaciones o productos, sienten una mayor reticencia a comprometerse a largo
plazo. La fidelidad se resiente y hace que estos nuevos modelos sean
vulnerables.
El nuevo poder está,
también, modificando fundamentalmente la forma en que las personas se ven en
relación con las instituciones, la autoridad o entre ellas. Estas normas no son
necesariamente mejores. Por ejemplo, existen mayores oportunidades de
participar en la toma de decisiones pero existe una fina línea divisoria entre
una participación democrática y una mentalidad de multitud o mafia.
Si ponemos las dos
dimensiones de modelos y los valores juntos en un cuadro podremos tener un
marco que ayude a las organizaciones a contemplar su situación actual y ver lo
que tienen que hacer para progresar e ir hacia una posición más estratégica.
Los autores clasifican a las organizaciones según estas variables como:
CONECTORAS
|
MASAS
|
|
Nuevo
Modelo de
Poder
|
Uber
Facebook
Tea
Party
|
Google
LinkedIn
Wikipedia
|
CASTILLOS
|
ANIMADORAS
|
|
Antiguo Modelo
de Poder
|
Apple
Premios
Nobel
|
The
Guardian
Zappos
|
Antiguos
Valores de Poder
|
Nuevos valores
de poder
|
1.-
CASTILLOS. Son las organizaciones que utilizan
antiguos modelos de poder basados en antiguos valores de poder. Esta categoría
incluiría a Apple, así como a muchos “dinosaurios”. El éxito de Apple se basa
en una estrategia de secretismo y exclusividad.
2.-
CONECTORAS. En la parte superior izquierda del
cuadrante nos encontramos con organizaciones que tienen un nuevo modelo de
poder, como por ejemplo una red que conecta a muchos usuarios, pero que tienen
antiguas sensibilidades de poder. Esta categoría incluye a nativos tecnológicos
como Facebook, cuyo modelo depende de la participación, pero cuyas decisiones
en ocasiones parecen ignorar los deseos de su comunidad.
3.-
ANIMADORAS. Organizaciones que utilizan antiguos
modelos de poder pero están intentando incorporar nuevos valores como la
transparencia.
4.-
MASAS. Son aquellas organizaciones cuyos valores celebran
el poder de las masas.
Muchas organizaciones
son conscientes de que la naturaleza del poder está cambiando pero pocas
entienden cuáles son las claves para lograr
tener influencia e impacto en esta nueva era y piensan que es suficiente con
incorporar alguna nueva tecnología sin modificar sus modelos o valores. Pero
tener una página en Facebook no es lo
mismo que tener una nueva estrategia de poder.
Las organizaciones
tradicionales que deseen desarrollar un nuevo modelo de poder deben:
a).- Auditar su
estrategia de poder para conocer cuál es la situación actual y dónde se quiere
estar dentro de cinco años. Para ello resulta útil hacer las siguientes
preguntas:
¿Cómo estamos
incorporando los nuevos modelos de poder?
¿Qué tipo de
participación de nuestros profesionales estamos fomentando?
b).- Reflexionar sobre
el tipo de cultura que tiene y quieren desarrollar. Para descubrirlo se pueden
plantear preguntas como:
¿Qué piensan los
profesionales de la distribución de poder existente?¿La consideran legítima?
¿De qué se resienten y
qué quieren tratar de cambiar los profesionales?
Las antiguas
organizaciones opacas se enfrentan a nuevos niveles de escrutinio por parte de
sus miembros sobre su desempeño del poder.
c).- Desarrollar nuevos
modelos mentales. Las organizaciones deben cambiar su forma de relacionarse no
sólo en su interior, sino también, en el exterior. La capacidad de movilizar a
un mayor número de personas puede convertirse en una clara ventaja.
Las organizaciones que
se apoyan en el nuevo modelo de poder corren el riesgo de intoxicarse con la
energía de las masas y no reconocer que para que un cambio sea real deben pasar
por un proceso de adaptación. Heimans y Timms
recomiendan que tengan en mente los siguientes principios:
1.-
Respetar a las comunidades. Si
las antiguas organizaciones deben temer ser ocupadas las nuevas deben temer ser
abandonadas. Esto se produce si pierden el contacto con las multitudes que les
han hecho prosperar. El reto está en equilibrar las expectativas de los
principales agentes de poder: inversores, reguladores,.. y las demandas de las
nuevas comunidades de poder.
2.-
Desarrollar capacidades de poder tanto antiguas como modernas. De
esta forma se pueden utilizar antiguas conexiones de poder para conseguir lo
que necesitan (capital, publicidad, alianzas,…). Utilizan el poder
institucional sin ser ellas mismas institucionalizadas.
3.-
Contar con una estructura. Los nuevos modelos de poder tendrán
una influencia e impacto limitados si no operan en el marco de una
superestructura diseñada para utilizar todas sus fortalezas.
Los autores concluyen
con la idea de que la estrategia y las tácticas son importantes en el
desarrollo del nuevo modelo pero que las cuestiones más importantes son las
éticas. Son necesarios líderes que canalicen el poder de las masas a través del
rediseño de sistemas y estructuras sociales que procuren incluir de forma
significativa y desarrollar a más personas. El gran reto para esos líderes está
en comprometerse con los desafíos de los que menos poder tienen.
Excelente artículo, de lo mejor que he leído en este último año. Innovador, con un gran transfondo sociológico y con claves para evaluar la situación y tomar postura.
ResponderEliminarMaría Luisa de Miguel
Alquimiacoach.com
Magnifico artículo muy oportuno
ResponderEliminarInteresante artículo. Es digno de analizar, estudiar y compartir
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