jueves, 28 de marzo de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN ABIERTA EN LAS ORGANIZACIONES




David Hassell, Director General de “15 five” , empresa de software enfocada a facilitar la transparencia y alineación en las organizaciones a través de prácticas de comunicación estructuradas y eficientes, en el boletín Leader´s Edge de la American Management Association del pasado 6 de marzo, plantea que la comunicación abierta es vital para el éxito de una organización.

En el artículo Hassell señala que la clave para obtener un entorno de comunicación abierta se encuentra en la confianza. Ésta crece con el tiempo y se basa en que los miembros de un equipo, a nivel individual adquieran y mantengan compromisos y se muestren vulnerables ante los demás. De esta forma se van creando lazos más estrechos entre los miembros y se fomenta la comunicación abierta y honesta entre ellos.

Conseguir un alto nivel de compromiso significa que el profesional se preocupa profundamente por su trabajo, que siente que es parte de un equipo, que  cree en la  visión y que aporta todas sus fortalezas para alcanzarla. Para lograrlo los directivos  deben promover un ambiente y una cultura en la que sus profesionales sientan que la organización en la que prestan sus servicios se preocupa por ellos, valora su trabajo, tiene sus intereses en mente y les acepta como parte de un equipo integral.

La comunicación es clave para obtener este nivel de compromiso. Una cultura que fomente una comunicación abierta en la que sus profesionales son animados a compartir sus ideas y preocupaciones, tanto positivas como negativas, les transmite a éstos que son valorados. Este sentimiento de valoración, a su vez, conduce a un mayor sentimiento de pertenencia y de participación en el éxito de la organización.
Un profesional comprometido, confiado y con una actitud abierta tendrá un alto nivel de  desempeño e incrementará la productividad, no sólo a nivel individual sino de los que le rodean, pero para ello necesita tener un objetivo común que le una al resto del equipo. Los directivos deben ser claros al fijar las metas, tanto a nivel general como de los distintos departamentos si quieren ser capaces de alinear las distintas disciplinas y áreas que componen la organización. Una actitud abierta por parte de los directivos para compartir su visión, que incluya sus metas, estrategias y valores, facilitará el que los profesionales entiendan su rol y se comprometan, como parte de un equipo, para conseguir el éxito.

En ausencia de una cultura de comunicación abierta un efecto “bola de nieve” de acciones negativas se puede producir y mermar la energía de la organización. Si la comunicación es limitada, hermética, opaca  y se ocultan hechos , la confianza, si es que existe se va erosionando. Cuando es escasa o desaparece el  profesional pierde el sentido de compromiso y a no comunicar abiertamente por el temor a posibles represalias. Puede empezar a sentir que la dirección no tiene sus intereses en mente y decidir no ofrecer nada más que la contribución mínima y estricta para mantener su trabajo. Los directivos por su parte comienzan a pensar que el trabajador no tiene los intereses de la organización en su mente y que éste no está aportando de acuerdo con sus posibilidades.

Otro efecto negativo que va a surgir ante el deterioro de la confianza es la falta de voluntad para compartir ideas. Las buenas ideas que parten de los profesionales que son los que conocen más íntimamente la organización son vitales para el crecimiento de la misma. Perderlas supone frenar la creatividad y la innovación con las consecuencias negativas para su supervivencia.

David Hassell propone las siguientes recomendaciones a  los directivos para fomentar la comunicación abierta:
1.- Hacer que la comunicación abierta sea parte de la cultura de la organización. Si los profesionales tienen claro desde su incorporación a la organización que la comunicación abierta es bienvenida la incorporarán en su quehacer cotidiano. El directivo debe liderar con el ejemplo si quiere que sus profesionales actúen de la misma forma.

2.- Respetar, reconocer y recompensar la comunicación abierta. Nunca reprochar si las aportaciones  son críticas.

3.- Desarrollar un método eficiente y eficaz que facilite la colaboración y el compartir las ideas. Puede consistir en  una herramienta informática, reuniones estructuradas o en un protocolo para comunicación electrónica, lo importante es que sea conocido y que todos asuman que la participación es bienvenida y esperada.

4.- Recordar que la vulnerabilidad tiene sus recompensas. La buena comunicación requiere vulnerabilidad en ambos interlocutores, lo que puede resultar atemorizante para la mayor parte de las personas. Hassell sugiere que apartemos nuestros miedos y recordemos que los beneficios sobrepasan la potencial sensación de riesgo.

5.- Predicar con el ejemplo. Confiar en los profesionales de la misma forma que esperamos que ellos confíen en ti. Hacer honor a los compromisos.

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