Anthony Tjan, coautor de “Heart, Smarts, Guts, and Luck" en HBR Blog Network del pasado 17 de
junio plantea que tanto en nuestra vida profesional como personal las
elecciones más críticas que hacemos se relacionan con las personas, pero
que es difícil llegar a aprender a juzgarles
bien. Seleccionar a la persona adecuada, sin equivocarnos, en función sólo
de primeras impresiones es complicado, detectar y poder potenciar y evitar el
abandono de las personas con altas capacidades es importante.
Normalmente,
ya que es la respuesta más fácil, nos
centramos en valorar factores externos: datos académicos, experiencia
profesional previa, status social, relaciones,..Con la aparición de las redes
sociales podemos tener en consideración otros aspectos tales como número de
amigos que tiene en Facebook, contactos comunes en LinkedIn, seguidores en
twitter,…
Todas estas
credenciales externas nos facilitan
información parcial sobre la persona. Son necesarias, pero no suficientes. No
contemplan las características más intrínsecas y que definen mejor el carácter
de una persona.
Juzgar
teniendo en cuenta factores extrínsecos o basados en habilidades suele ser un
ejercicio directo y objetivo. Considerar otros atributos como la voluntad o la
actitud resulta más complicado y exige un contacto personal, escucha activa y
observación cuidadosa.
Tjan propone que nos hagamos las siguientes
preguntas sobre la persona para que nos ayuden a comprender las características intrínsecas de ésta:
1.- ¿Tiene
confianza en sí misma y no teme expresar sus opiniones? En este sentido tenemos
que ser cautos ya que si la persona no cesa de hablar puede ser porque se
considere muy importante y no esté
interesada en aprender de los demás o simplemente porque esté nerviosa y
dispersa.
2.- ¿Transmite
energía o que la roba? Existen personas que sólo saben transmitir energía
negativa, de la misma forma que otras comparten su actitud positiva y su
optimismo. Un proverbio chino dice que la mejor forma de conseguir energía es
dándola primero. Los que ofrecen energía
suelen ser compasivos, generosos y los demás quieren estar junto a ellos.
3.- ¿Tiene
una actitud proactiva o reactiva ante una tarea? Algunas personas adoptan
inmediatamente una actitud defensiva o crítica cuando se les asigna una nueva
tarea. Otras, en cambio, reaccionan con rapidez y procuran solucionar los
problemas que se planteen. Evidentemente, es conveniente seleccionar
profesionales pertenecientes el segundo tipo.
4.-
¿ Es sincera o falsa? Las personas realmente buenas y competentes
no tienen necesidad de adular o de fingir para impresionar a los demás.
5.- ¿Cómo son
sus relaciones? Podemos tener una visión aproximada de cómo es realmente una
persona si conocemos cómo son sus amigos, pareja u otros contactos próximos.
6.- ¿Cómo
trata a alguien a quien no conoce? ¿Ignora y se comporta sin educación y
respeto a aquellos a los que considera socialmente inferiores? ¿Es abierta y
amable con todos?
7.- ¿En su historia personal existen episodios de esfuerzo y lucha para vencer contratiempos?
Las personas que se han tenido que enfrentar a sucesos adversos en su vida
suelen aprender de la experiencia más que las que sólo han tenido éxitos.
8.- ¿Qué
leen? La lectura ayuda a adquirir nuevas visiones y a profundizar en ideas. Las
personas a las que les gusta leer mucho suelen destacar por su curiosidad
intelectual.
9.- ¿Te
importaría hacer un largo viaje en coche con esa persona? ¿Qué sentimientos te
despierta la posibilidad de tener que mantener contacto durante largo tiempo
con determinada persona? ¿Te
produce una sensación de rechazo? ¿Te atrae? ¿Por qué?
10.- ¿Te da
la impresión de que se conoce a sí misma? ¿Conoce cuáles son sus fortalezas y
debilidades reales? ¿Siente la necesidad de aprender y actuar en consecuencia? ¿Es congruente su
actuación con lo que piensa y dice? El autor piensa que el prerrequisito fundamental
para un buen liderazgo es el conocimiento de uno mismo.
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