Greg Mc Keown, como veíamos en una entrada anterior, en su libro “Essentialism. The disciplinedpursuit of less”, plantea que existen cinco prácticas que nos ayudan a la hora de discernir. Las dos primeras: Espacio para pensar y tiempo para mirar y escuchar, ya las hemos comentado. La tercera es:
3.-
JUGAR. ABRAZAR LA SABIDURÍA DE NUESTRO NIÑO INTERIOR.
La mayoría de las
personas, en su niñez, no necesitan que les enseñen a jugar. Saben hacerlo de
forma instintiva. Pero cuando nos vamos haciendo mayores nos van introduciendo
en la idea de que jugar es infantil, trivial, que es innecesario, una pérdida
de tiempo. Esta idea se refuerza en el mundo laboral, ya que las corporaciones
modernas nacieron tras la Revolución Industrial que defendía que la razón de la
existencia de las mismas era el alcanzar la eficiencia a través de la
producción masiva de bienes. Más aún en muchos casos se inspiraron en las
organizaciones militares, utilizando su terminología, como por ejemplo cuando
hablamos de los trabajadores que están en primera línea o de compañía (unidad
militar). Aunque la era industrial está superada muchas de sus estructuras y
sistemas persisten en muchas organizaciones modernas.
El juego, considerado
como cualquier cosa que hagamos sólo por el mero placer de hacerla, sin que
tenga una finalidad concreta, puede parecer una actividad no esencial. Pero el
juego es esencial en muchos aspectos. Stuart Brown, fundador del Instituto Nacional del Juego, ha estudiado lo que llama las historias de juego de aproximadamente
6.000 personas y ha llegado a la conclusión de que el juego tiene el poder de
mejorar de forma significativa desde la salud individual a las relaciones o a
la capacidad de las organizaciones de innovar. Dice:”El juego conduce a la
plasticidad cerebral, la adaptabilidad y la creatividad. Nada estimula tanto la
mente como el juego”.
Investigaciones
realizadas en el mundo animal revelan que el juego es tan crucial para el
desarrollo de habilidades cognitivas clave que puede desempeñar un papel en la supervivencia
de las especies. Bob Fagan que lleva quince años estudiando el comportamiento
de los osos grizzli ha descubierto que los osos que juegan más son los que
alcanzan una mayor supervivencia.
a).- Amplia las
opciones que tenemos a nuestra disposición. Nos ayuda a ver posibilidades que
de otra forma no habríamos visto y a realizar conexiones que tampoco habríamos
hecho. Abre nuestras mentes y ensancha nuestras perspectivas. Como dijo Albert Einstein en una ocasión:
b).- El juego es un
antídoto del estrés, que es un enemigo de la productividad y que puede llegar a
cerrar las zonas creativas, inquisitivas y exploradoras de nuestro cerebro.
Todos conocemos la sensación de estar estresados en el trabajo y que de repente
todo empiece a ir mal. Hallazgos recientes parecen sugerir que esto se produce
porque el estrés incrementa la actividad del área cerebral que monitoriza
nuestra emociones (la amígdala), mientras reduce la actividad del área
responsable de las funciones cognitivas (el hipocampo), con el resultado de que
no podemos pensar con claridad.
c).- El juego tiene un
efecto positivo en las funciones ejecutivas del cerebro. Edward M. Hallowell,
psiquiatra especializado en investigar el funcionamiento del cerebro, dice:
“Las funciones ejecutivas del cerebro incluyen la planificación, priorización,
organización, anticipación, delegación,
toma de decisiones, análisis,…., en resumen la mayoría de las habilidades que un ejecutivo debe dominar para sobresalir en
su labor”.
Algunas organizaciones
innovadoras ya están siendo conscientes del valor esencial del juego. En
Twitter se promueve el juego a través de la comedia y fomentan clases y
actividades de improvisación para facilitar que sus profesionales amplíen su
mente y su capacidad de pensar de forma más flexible, poco convencional y
creativa. Otras fomentan el juego a través de sus ambientes físicos: IDEO
convoca reuniones en un microbús, en el vestíbulo de Google nos podemos
encontrar con un gran dinosaurio cubierto por flamencos rosas, los despachos de
los creativos de Pixar están decorados como si fuesen un salón de western o una
choza de madera, por ejemplo,….
4.-
SABIDURÍA PARA DESCANSAR.
Es la cuarta práctica
que recomienda Mc Keown para poder tener la capacidad de discernir
adecuadamente.
Si dejamos que los
instintos de la faceta A de nuestra
personalidad se sobrepongan a los demás nos “quemaremos” demasiado pronto.
Necesitamos diseñar una estrategia que nos conceda tiempo para nutrirnos, para
explorar y desarrollarnos.
Un “no esencialista”
cree que dormir es otra carga más en una vida con gran cantidad de compromisos
y obligaciones, llena de ocupaciones que no siempre resultan productivas. Los “esencialistas” en cambio lo
contemplan como una ayuda para operar logrando mayores contribuciones. Eligen
hacer una cosa menos hoy, para poder descansar, y para así poder hacer una cosa
más mañana.
NO
ESENCIALISTA
|
ESENCIALISTA
|
Piensa:
Una
hora menos de dormir equivale a una hora más de productividad
Dormir
es para los fracasados
Dormir
es un lujo
Dormir
engendra pereza
Dormir
interfiere con la posibilidad de lograr “hacer todo”
|
Sabe
que:
Una
hora más de sueño equivale a muchas horas
más de mayor productividad
Dormir
es para las personas de alto desempeño
Dormir
es una prioridad
Dormir
genera creatividad
Dormir
facilita alcanzar los niveles más elevados de contribuciones intelectuales
|
En el famoso estudio de
Anders Ericsson sobre el desempeño de los violinistas se observo que el primer
factor que influía en llegar a ser un gran artista era el tiempo que empleaban
en ensayar y el segundo era el tiempo que dedicaban a dormir. Los mejores
dedicaban una media de 8,6 horas diarias a dormir y 2,8 horas a la semana a la
siesta. Los autores del estudio llegaron a la conclusión que el dormir les
permitía regenerarse y ensayar,
posteriormente, con mayor concentración.
En “Sleep deficit: The performance Killer”, publicado en Harvard Business Review, Charles A. Czeisler,
profesor de Medicina del Sueño en la Escuela de Medicina de Harvard, explica
como la carencia de sueño mina la alta productividad. Asimila el déficit de
sueño con el exceso de bebida, explicando que estar 24 horas sin dormir o una
semana con cuatro o cinco horas de sueño diario induce unas limitaciones
similares a las producidas por un nivel de alcohol en sangre del 0.1%, por lo
que sería como si estuviésemos trabajando borrachos.
Aunque normalmente se ha asociado el dormir con el descanso del cuerpo, recientes investigaciones muestran, como por ejemplo un reciente estudio de la Universidad de Lüebeck, que dormir una noche completa puede aumentar nuestras habilidades mentales, especialmente de resolución de problemas. Los investigadores creen que se debe a que mientras dormimos nuestras mentes están trabajando duramente codificando y procesando la información y así al despertar se han producido nuevas conexiones neuronales que nos permiten visualizar nuevas soluciones a los problemas. Otros estudios han demostrado que hasta un periodo corto de sueño profundo puede servir para establecer nuevas conexiones que nos permiten explorar mejor nuestro mundo.
Nuestra máxima
prioridad como “esencialistas” tiene que ser proteger nuestra capacidad de
establecer las prioridades adecuadas y para poder hacerlo dormir es
imprescindible.
5.-
DISCIPLINA PARA APLICAR ELEVADOS CRITERIOS SELECTIVOS A LAS DECISIONES QUE
TOMAMOS.
Un principio
“esencialista” fundamental se puede resumir como: “Si la respuesta no es un sí
indudable, entonces tiene que ser no”.
En ocasiones tendremos
que rechazar una opción aparentemente muy buena y esperar a que la solución
perfecta aparezca pronto. Puede ser que tengamos suerte o que no pero lo
importante es que el mero hecho de aplicar criterios selectivos nos va a forzar
a elegir cuál es la opción perfecta que vamos a esperar, en lugar de dejar que otros elijan por nosotros.
Los beneficios de este enfoque ultraselectivo en
la toma de decisiones en todas las facetas de nuestras vidas son claros. Si
nuestros criterios selectivos son demasiado amplios nos encontraremos
comprometiéndonos con demasiadas opciones.
No esencialista
|
Esencialista
|
Dice
que si a casi todas las peticiones u oportunidades
Utiliza
criterios de selección amplios del tipo “Si alguien que conozco lo está
haciendo, yo debo hacerlo”
|
Dice
que si exclusivamente al 10% de oportunidades más selectas
Utiliza
criterios estrechos y explícitos, como”¿Es esto lo que realmente estoy
buscando?”
|
Fijar unos criterios
selectivos y explícitos se convierte en una herramienta sistemática para
discernir lo que es importante y filtrar lo que no es esencial.
Mc Keown recomienda que cuando se nos presente una oportunidad sigamos
el siguiente proceso:
b).- Escribir una lista
con los tres criterios mínimos que la oportunidad tiene que superar para ser
considerada (por ejemplo: “¿Me apasiona?”, o “¿Permite desarrollar mi talento?”
o “¿Cubre una necesidad significativa de las personas?”)
c).- Escribir una lista
con tres criterios ideales o “extremos” que la opción tiene que superar para
ser considerada.
Por definición si la
opción no supera el primer conjunto de criterios se debe descartar, pero si no
lo hace con dos de los “extremos”, también deberíamos hacerlo.
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