Alan Fox, presidente de ACF Property Management y autor de “ People tools: 54 strategies forbuilding relationships, creating joy, and embracing prosperity” y de “Peopletools for business: 50 strategies for building success, creating wealth, andfinding happiness”, en el boletín de mayo de “Leader´s Edge de la Asociación Americana de Management plantea que por muy buenos que seamos en nuestro trabajo siempre
hay lugar para las mejoras. Propone 5 principios que considera que tienen un
valor incalculable para mejorar su estilo de liderazgo y mejorar como jefe. Son
los siguientes:
I.-
DESARROLLAR A LOS PROFESIONALES. A nadie le gusta fallar
y nadie puede ser bueno en todos los aspectos relacionados con cada tarea. Parte
de nuestro trabajo como directivos consiste en descubrir aquellas áreas en las
que nuestros colaboradores destacan y asignarles el trabajo adecuado para cada
uno de ellos en función de éstas. Así como es importante conocer sus puntos
débiles para evitar ponerles en situaciones en las que puedan fracasar. Por
ejemplo si alguien tiene problemas con las presentaciones orales encontrar
formas de que contribuyan sin exposiciones públicas y procurar que se formen
posteriormente para que consigan mejorar. Una parte fundamental de la labor de
un jefe es conseguir posicionar a los profesionales para que logren éxitos.
II.-
PASEAR POR LA ORGANIZACIÓN. Permite al directivo
hablar con sus colaboradores en entornos informales y descubrir lo que está pasando
y los procedimientos que utilizan en el
trabajo al dedicar tiempo para compartir con ellos.
III.-
ABANDONAR LA TORRE DE MARFIL. Esta estrategia está
ligada a la anterior. Ser jefe lleva inherente un factor de intimidación que
con frecuencia impide que los colaboradores se comuniquen abiertamente y con
libertad con él, lo que crea barreras entre éste y el equipo. Es necesario
buscar mecanismos para que los profesionales vean las facetas más humanas y
menos intimidatorias de los directivos, compartiendo con ellos experiencias que
fomenten el espíritu de equipo en el trabajo.
IV.-
NO INTENTAR SOLUCIONAR SIEMPRE LOS PROBLEMAS DE LOS DEMÁS. Aunque
una parte del tiempo del directivo debe dedicarse a resolver los problemas que
otros no pueden solucionar esto no
significa que todos los problemas sean de su responsabilidad. Existen numerosas
áreas de especialización en las que los colaboradores se manejan mejor que el
jefe por lo que en estos casos hay que dejar que éstos asuman la
responsabilidad y tomen las decisiones.
V.-
CONFIAR EN LOS PROFESIONALES. Como directivos es uno
de los principios más difíciles de asumir ya que los jefes en su naturaleza
tienen grandes cantidades del gen “hágalo Vd. Mismo, lo que hace que sientan
que en quienes mejor se puede confiar para realizar un trabajo son ellos
mismos. Pero esto tiene consecuencias muy limitantes y negativas en la
productividad del equipo, especialmente si se convierten en “cuellos de botella”.
Si no confían en los colaboradores éstos no confiaran en ellos y limitará su
desempeño. El jefe debe confiar, delegar y dejar que los profesionales hagan su
trabajo y se verá recompensado con su entusiasmo y un mejor rendimiento.
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