James M. Kouzes y BarryZ. Posner, en su último libro “Learning Leadership. The five fundamentals of becoming an exemplary leader”, plantean que existe una escasez de liderazgo en
el mundo actual que atribuyen a tres factores primarios:
A).-
LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS. Actualmente aproximadamente un 25%
de los trabajadores en el mundo son millennials (nacidos entre 1981 y 1997) y
en algunos países llegan a suponer un 50% de la fuerza laboral activa. Se
estima que en 2025 serán el 75%. Las organizaciones están comprobando que no
cuentan con los líderes adecuados para hacer frente a las necesidades y
características de las nuevas
generaciones. La demanda de líderes ejemplares excede la oferta actual.
B).-
LA FORMACIÓN Y EXPERIENCIA INSUFICIENTES. Investigaciones
realizadas por Jack Zenger analizando los datos de los profesionales que
asisten a cursos de liderazgo han mostrado que la edad media de los asistentes
es de 42 años, pero que la edad media de los mandos intermedios era de 33 años.
Esto parece indicar que éstos últimos no reciben
formación específica durante una media de diez años aunque están desempeñando
posiciones de liderazgo.
C).-
LOS PREJUICIOS MENTALES QUE DISUADEN A LOS PROFESIONALES DE APRENDER A LIDERAR.
Existen
una serie de mitos sobre el liderazgo que hacen que las personas se muestren
reacias a asumir responsabilidades de liderazgo. Parece como si el liderazgo
estuviese reservado sólo para aquellos que muestran un talento especial o
derechos de nacimiento. Esta perspectiva crea una barrera invisible y es una
creencia limitante que impide que muchos profesionales respondan al reto.
Los principales mitos
disuasorios son:
1.-
El mito del talento. Defiende que si las organizaciones
buscan con intensidad serán capaces de
identificar a los profesionales más brillantes para asignarles todos los roles
d liderazgo. No es necesario ningún tipo de formación y entrenamiento, sólo es
necesario encontrar a la persona adecuada.
El talento está
sobreestimado. K. Anders Ericsson y sus colaboradores han encontrado en sus investigaciones
que el talento en bruto no es lo único que influye para llegar a tener un
desempeño superlativo. El talento no es la llave que libera la excelencia.
Heidi Grant Halvorson profesora en la escuela de negocios de Columbia en sus
estudios llega a la misma conclusión argumentando que el énfasis en el talento
y la habilidad innata ha ocasionado más mal que bien.
El liderazgo no se
puede considerar como un talento que se posee o no. es un conjunto de
habilidades observables y que se pueden adquirir, como demuestra el hecho de
que existen miles de historias que muestran como personas ordinarias liderando
a otras y han conseguido que sucedan cosas extraordinarias.
Si queremos
convertirnos en mejores líderes lo primero que tenemos que hacer es creer que
podemos lograrlo y que tenemos la capacidad de mejorar nuestras habilidades
para conseguirlo. Sin esta creencia no existe formación, entrenamiento o
sesiones de coaching que puedan ser efectivas.
2.-
El mito de la posición jerárquica. Este mito asocia el
liderazgo con una posición jerárquica, por lo que si tenemos un puesto de alto
nivel jerárquico automáticamente nos convertimos en líderes. Considera que el
liderazgo e un título y que si no tenemos ese puesto de autoridad no podemos
ser líderes. No puede estar más
equivocado ya que el liderazgo no es un título, un rango o un puesto. Liderar
supone marchar o guiar a los demás. La experiencia demuestra que frecuentemente
los movimientos que han cambiado el mundo han estado liderados por personas que
no tenían ningún rango y que los que llegan a lo alto no empezaron allí, sino
que fueron adquiriendo las habilidades de liderazgo en el camino.
El liderazgo está
relacionado con las acciones que tomamos, no con el puesto que desempeñamos.
Tiene que ver con los valores que guían las decisiones y acciones, con la
visión que tenemos de nosotros y de los demás. Para lograr ser líderes
ejemplares el segundo factor fundamental que tenemos que tener en cuenta es la
aspiración de ser excelentes. Debemos soñar en ser mejores y alcanzar logros
más nobles que los que tenemos en el momento actual.
3.-
El mito de las fortalezas. No es errónea la noción de que
existen determinadas habilidades, actitudes y conocimientos que producen niveles más altos de desempeño
en una tarea. El enfoque de las fortalezas se emplea de forma equivocada si se
piensa que sólo debemos asumir aquellas tareas en las que destacamos y no
tenemos que perder el tiempo con nuestras debilidades, considerando que en las
áreas en que no tenemos un talento natural y no somos fuertes no tenemos que
implicarnos. Esto no quiere decir que debemos despreciar nuestras fortalezas o
que no seamos más felices y tengamos más éxito si utilizamos nuestras
fortalezas en el trabajo o en otras facetas de nuestra vida, pero el enfoque en
las fortalezas ha disuadido a los profesionales de la posibilidad de desafiarse
a sí mismos para convertirse en mejores líderes, porque piensen que no está a
su alcance.
Los autores en sus
investigaciones durante décadas sobre el liderazgo han encontrado que la
adversidad y la incertidumbre se convierten en las mejores experiencias sobre
liderazgo al enfrentar al líder con retos con los que no se han encarado
previamente.
La tercera clave para
ser un líder ejemplar es retarnos a nosotros mismos para afrontar acciones y
situaciones nuevas que nos lleven a desarrollar nuevas habilidades y a superar
debilidades y limitaciones. No podremos ser mejores si no buscamos nuevas
experiencias, hacemos cosas que nunca hemos hecho, cometemos errores y aprendemos
de ellos.
4.-
El mito de la soledad. El liderazgo es una labor de equipo
no individual, pero existe el mito del líder como el héroe solitario que es
capaz de encandilar a sus seguidores con sus acciones valientes o del líder
como el rebelde que es capaz de vencer las resistencias sin preocupase por su
vida o por las convenciones sociales. Con este mito se perpetúa la creencia de
que los líderes tienen que ser autosuficientes y sobrehumanos, que tienen que
ser capaces de cuidarse a sí mismos al tiempo que hacen las cosas sin ningún tipo de ayuda y
que deben ser independientes y autónomos sin expresar nunca ningún tipo de duda
sobre sus capacidades, no necesitando nunca
el apoyo o la ayuda de los demás.
Aunque es evidentemente
beneficioso confiar en nuestras habilidades para afrontar situaciones
complicadas los mejores líderes saben que no pueden hacerlo solos y que
necesitan la ayuda y el compromiso de sus colaboradores.
El cuarto factor clave
para ser un líder ejemplar consiste en conseguir ayuda para su aprendizaje y
crecimiento suyo y de los demás.
5.-
El mito de lo innato. Defiende la idea de que el
liderazgo es algo innato en los buenos líderes. K. Anders Ericsson no está de
acuerdo ya que en sus investigaciones ha encontrado que el talento en bruto no
es el único requisito para alcanzar un alto desempeño. El cociente intelectual
alto tampoco supone ninguna garantía. Lo que realmente distingue a los que
obtienen un desempeño excelente de los buenos es su dedicación para hacer
diariamente algo que les mejore. La realidad evidencia que los mejores líderes
lo son porque trabajan duramente para ello y le dedican horas a practicar y
adquirir experiencia.
El quinto factor clave
para ser un líder ejemplar es practicar de forma deliberada.
Uno de los principales
retos que nos encontramos en el camino para convertirnos en líderes ejemplares
es el de vencer estas falsas presunciones.
Cada líder es diferente
dependiendo de cómo es en su interior, pero es similar a los demás líderes porque existen una serie de
competencias definidas que distingue a los líderes de los que no son
líderes. Las investigaciones de los
autores han mostrado que los líderes más eficaces utilizan comportamientos de
liderazgo con más frecuencia que los menos eficaces. De su análisis de miles de
historias de buenas prácticas de liderazgo han encontrado que las personas que
tienen la capacidad de guiar a otras a lo largo de rutas pioneras siguen
patrones de comportamiento similares. Kouzes y Posner han agrupado estas
prácticas comunes en un marco de liderazgo y las han llamado las CINCO
PRÁCTICAS DEL LIDERAZGO EJEMPLAR y han
definido dos compromisos esenciales de
liderazgo conectados con cada una de ellas. Éstos son:
1.-
Modelar el camino.
· a).- Clarificar los valores, encontrando
nuestra propia voz y recalcando los valores compartidos.
· b).- Ser un ejemplo a través de la alineación
de las acciones con los valores compartidos.
2.-
Inspirar una visión compartida.
· a).- Concebir el futuro visualizando
posibilidades atractivas y ennoblecedoras.
· b).- Captar a los colaboradores para que
asuman una visión común apelando a las aspiraciones compartidas.
3.-
Cuestionar y desafiar al proceso.
· a).- Buscar oportunidades tomando la
iniciativa y mirando al entorno externo para encontrar formas innovadoras de
mejorar.
· b).- Experimentar y asumir riesgos celebrando
constantemente los pequeños logros y aprendiendo de la experiencia.
4.-
Permitir que los demás actúen.
· a).- Fomentar la colaboración entre los
profesionales, generando confianza y facilitando las relaciones.
· b).- Fortalecer a los colaboradores
desarrollando sus competencias.
5.-
Considerar las emociones.
· a).- Reconocer las contribuciones mostrando
el aprecio por la excelencia individual.
· b).- Celebrar las victorias y los valores a
través de la creación de un espíritu de comunidad.
Distintos
estudios han demostrado que la frecuencia con que estos comportamientos de
liderazgo se utilizan se relaciona positivamente, por ejemplo, con le retención
del talento o con la calidad de la atención a los pacientes.
Interesantísimo artículo, gracias por el envío. Todos los artículos ayudan a mejorar la ciudadanía (Para quién lo aplique)y el mundo en general. Saludos
ResponderEliminarExcelente forma para describir el liderazgo y el líder, desde un punto de vista muy práctico y "real". Saludos
ResponderEliminarExcelente forma para describir el liderazgo y el líder, desde un punto de vista muy práctico y "real". Saludos
ResponderEliminar