Adam Bryant y Kevin Sharer
en la edición de marzo – abril de Harvard Business Review plantean que los
líderes senior, especialmente los que ocupan los puestos directivos más altos,
se enfrentan a una paradoja clave en su trabajo ya que normalmente tienen
acceso a más líneas de comunicación que cualquiera en su organización pero la
información que les llega puede estar sesgada y ser incorrecta.
Para los líderes el arte de escuchar, según Sharer, tiene dos componentes:
a).- Escuchar sin
distracciones ni juicios, exclusivamente para entender.
b).- Escuchar creando
sistemas y procesos que no solo hacen que la escucha sea activa sino que se
convierta en un estado de hipervigilancia en todos los frentes.
El autor mantiene que: “No
se trata solo de escuchar a la persona que tenemos en frente sino de estar
alerta a todo el ecosistema en que operamos. Las señales nos van a llegar con
distinta intensidad de fuentes diversas, como por ejemplo , durante
conversaciones en el comité de dirección, por medio de historias en la prensa o
en anécdotas recogidas dentro de la compañía. La pregunta es: ¿Somos capaces de
escuchar todo y separar las señales del ruido?”
Saber escuchar es esencial
para los líderes si quieren contrarrestar las múltiples fuerzas que favorecen
el que lleguen a pensar que saben todo lo que tienen que saber sobre lo que
está ocurriendo en sus organizaciones. Con frecuencia la información que
reciben puede no ser la real con datos clave omitidos, señales de alarma
escondidas, etc. Cuando llegan a ser conscientes de la situación se pueden
hacer la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo encontrar lo que realmente tengo que
saber?
Los autores han dedicado
mucho tiempo a reflexionar sobre dicha pregunta y a través de entrevistas a
líderes y a su experiencia profesional han aprendido que los ejecutivos con
frecuencia se quedan atrapados en burbujas de información, resultado de un
exceso de confianza en sí mismos y de ideas anticuadas sobre el liderazgo.
Escuchar implica dedicar
muchos más esfuerzos de lo que los líderes son conscientes. Docenas de
problemas surgen dentro de las organizaciones, algunos de ellos con el
potencial de dañarlas si no se abordan. Las habilidades de escucha son clave no
solo para detectar crisis potenciales sino, también, para asegurar que las
buenas ideas pueden aflorar de cualquier lugar. Tim Brown, alto ejecutivo de
IDEO, mantiene que “No sabemos de dónde pueden proceder las mejores ideas por
lo que el líder debe realizar un buen trabajo promocionándolas cuando surgen y
para ello, no debe dejar que el puesto de la persona determine el grado de
influencia de sus ideas”.
A pesar de todo, muchos
ejecutivos creen que van un paso por delante de todos los demás y algunos
piensan que los miembros de su equipo directivo son muy bien retribuidos para
que gestionen los problemas para que ellos no tengan que hacerlo.
En su libro “Lights Out: Pride, Delusion, and the Fall of General Electric” Thomas Gryta y Ted Mann describen como Jeff Immelt, antiguo
CEO de GE; respondía a los subordinados que le planteaban dudas sobre los
objetivos de crecimiento que marcaba rechazando los comentarios que podían ser
negativos o que cuestionasen sus deseos, lo que condujo al fenómeno del “teatro
del éxito” en el que los empleados buscaban formas para evitar las
conversaciones complicadas sobre los problemas y únicamente sugerían que todo
iba bien. Nell Minow mantiene que la característica más llamativa de las
empresas con malos resultados es que el CEO crea una barrera ante cualquier
tipo de escepticismo y cuestionamiento de sus decisiones. En otras palabras, se
encuentran dentro de una burbuja que evita que escuchen bien.
Bryant y Sharer recomiendan seguir estos pasos para
romper la burbuja:
I.-
PROTEGERSE ANTE LOS PUNTOS CIEGOS
El líder debe facilitar el que sus profesionales
puedan acceder a él y le ofrezcan información veraz. Kelly Grier, managing
partner en Ernst & Youg, dice que “Si no has creado una cultura o un
entorno en el que las personas se sientan libres para cuestionarte como líder,
te encontrarás en una posición peligrosa porque tendrás puntos ciegos”. Por
este motivo ella pide constantemente tanto a sus colaboradores directos como a
su equipo directivo que le ayuden a detectar esos puntos ciegos y que sean
siempre sinceros, lo que exige conseguir un alto nivel de confianza dentro del
equipo.
II.- QUITAR IMPORTANCIA A LA JERARQUÍA FORMAL, FOMENTAR LA ACCESIBILIDAD
Mark Templeton recuerda que “Muchas
organizaciones descarrilan porque identifican el lugar que ocupan en la
jerarquía de sus empresas con el respeto que merecen. La jerarquía es un mal
necesario para gestionar la complejidad pero nunca debe tener nada que ver con
el respeto que ofreces a un individuo”. Mientras fue CEO de Citrix fomentó que,
cualquiera en la compañía, independientemente de su puesto, se sintiera seguro
y cómodo de poder acudir a él , por medio de un correo o personalmente para informar
de algo que considerasen importante.
III.- DAR PERMISO PARA COMPARTIR LAS MALAS NOTICIAS
Penny Pritzker, Secretaria de Estado de Comercio
estadounidense entre 2013 y 2017, cuando se reunía por primera con candidatos a
un puesto de trabajo mantenía una conversación con ellos sobre los peligros de
no compartir los problemas con ella. Les decía que si querían ser despedidos lo
que tenían que hacer era mentir, hacer trampas o robar, pero que la otra acción
que les pondría en esta situación era tener un problema y callarse. Pritzker
opina que: “Con frecuencia las personas no ofrecen la visión completa de una
situación porque no se atreven a decirnos las cosas que piensan que no queremos
oír. Esto es preocupante por lo que tenemos que dar permiso
para que nos comuniquen malas noticias”.
IV.- CREAR UN SISTEMA DE ALARMA TEMPRANA
Si recibimos las malas noticias pronto
seremos capaces de reaccionar más rápidamente y ese tiempo de reacción temprano
puede ser precioso. Anand Chandrasekher, por ejemplo, pide a su equipo que
sigan una sencilla regla que consiste en que si tienen malas noticias le manden
un correo y si son buenas las compartan presencialmente. Piensa que: “Es una
tendencia humana el deseo de compartir exclusivamente las buenas noticias, por
lo que si conseguimos que nuestro equipo u organización no tenga miedo de recibir
o transmitir malas noticias podremos
construir un sistema de alerta temprana”.
V.- FOMENTAR LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS A TRAVÉS DEL RECONOCIMIENTO DEL
PROGRESO
Cuando Paul Kenward, directivo de
British Sugar, se reúne con grupos de profesionales en ocasiones les pregunta
sobre las cosas que han logrado en los últimos 5 años de las que se sienten
realmente orgullosos. Después les dice que se imaginen que han pasado 5 años y
que piensen de qué se sentirían orgullosos, en lo que les gustaría haber
logrado o que hubiese cambiado. Estas preguntas, según Kenward ayudan a que las
personas puedan hablar positivamente de un problema que están viendo ahora: es
un enfoque sencillo ya que al preguntar primero sobre las cosas que las
personas han conseguido les estamos mostrando que son capaces de cambiar las
cosas y de que no deben rendirse antes de intentarlo.
VI.- ESCUCHAR SIN JUZGAR Y SIN UNA AGENDA
Joel Peterson, ex director de JetBlue
Airways y fundador de Peterson Partners, dice que los ejecutivos senior pueden
tener dificultades para estar realmente presentes en las reuniones cuando al
tiempo tienen muchas cuestiones que resolver, pero es una disciplina necesaria
si quieren que los demás participen y opinen y requiere que escuchen para
lograr entender y sin juzgar. Mantiene que: “No se puede tener una agenda que
nos lleve a estar pensando en la respuesta en lugar de escuchar activamente ya
que si sentimos el deseo de deslumbrar o de ser escuchados podemos influir en
el resultado del proceso negativamente. Por eso recomienda que siempre que
escuchen se planteen que tienen que esperar y preguntarse por qué tienen que
hablar.
VI.- BUSCAR INPUTS DE FORMA ACTIVA
No es suficiente con recalcar que las
personas tienen que hablar, también el líder tiene que dedicar tiempo y energía
a moverse por la organización y a reunirse con grupos pequeños de distintas áreas
y rangos ( en el momento actual y hasta que la pandemia termine, evidentemente,
muchos de los contactos se tendrán que realizar de forma virtual). Puede
consumir mucho tiempo pero es una parte clave del trabajo de un líder. Si éste
se encierra en su “torre de marfil” la diferencia entre sus percepciones y lo
que realmente está ocurriendo en la organización crecerá lo que entorpecerá la
obtención de buenos resultados.
Las reuniones y sesiones con grandes
grupos de empleados son útiles para recordar a éstos la estrategia y para
aclarar posibles malentendidos, pero los líderes, también, pueden utilizarlas
para captar las señales sobre problemas emergentes y oportunidades y,
posteriormente, plantear eficaces líneas de preguntas que permita que los
profesionales compartan lo que tienen en mente.
VII.- CREAR UN “ECOSISTEMA DE ESCUCHA”
Una clave para que el líder aprenda a
escuchar mejor es que construya un “ecosistema de escucha”. Por ejemplo, Sharer
en sus últimos años de trabajo en Amgen recibía un informe trimestral elaborado
por su equipo que incluía noticias relevantes sobre los competidores para que
pudiese aprender y conocer los desafíos a los que se enfrentaba y luego pudiese
hacer preguntas sobre cómo estaba posicionada la empresa para afrontar esos
retos. También, se preocupó de establecer relaciones con los responsables de
las fábricas y los visitaba con frecuencia, así como con sus responsables de
ventas.
En todo su trabajo de escucha se
aseguraba de centrarse no solo en las posibles oportunidades sino en las
señales de peligro. Asimismo adoptó otras estrategias para construir su
ecosistema como pedir al director de recursos humanos que regularmente
encuestase al resto del equipo directivo para conocer su opinión sobre su
desempeño. Entre las preguntas que incluía la encuesta estaban: ¿Qué estoy
haciendo que quieres que siga haciendo?. ¿Qué cosas desearías que dejará de
hacer o modificase? ¿Qué cosas debería empezar a hacer o hacer más? y ¿Hay algo
más que desearía decirme?. Para fomentar la sinceridad el director de recursos
humanos preparaba un informe resumen de las respuestas para Sharer el cual lo
pasaba al comité de dirección para su discusión. Adicionalmente la encuesta
anual de la empresa incluía una pregunta sobre cuál era la opinión de los
profesionales sobre el trabajo que realizaba Kevin Sharer, lo que generaba
cientos de respuestas que luego eran leídas por éste, aceptando el feedback
aunque fuese doloroso en ocasiones y modificando su conducta si lo estimaba
oportuno. Por ejemplo uno de los comentarios frecuentes era que se le
consideraba un líder remoto por lo que empezó a dedicar más tiempo a reunirse
tanto formal como informalmente con sus empleados.
Crear un “ecosistema de escucha” no
consiste en aceptar pasivamente lo que encontremos en nuestro camino. Hay que
crear una estructura en la que las personas sepan que el líder desea saber qué
es lo que debe conocer y tienen que transmitirle. Esto implica demostrar a las
personas que se les está escuchando. Sharer opina que hay que generar un
entorno en el que los colaboradores directos confíen en que pueden decir al
líder cuáles son las malas noticias sin temor a ser castigados por ello y para
conseguirlo hay que tratarles como compañeros y no subordinados. Los compañeros
pueden hablar sobre las cuestiones complicadas
y llegar a la mejor respuesta colaborativa juntos.
La escucha es una práctica
multidimensional y requiere el compromiso y la atención constante y los líderes
no van a poder sobrevivir o prosperar como tales hasta que aprendan esta
lección fundamental. Pero aunque lo hagan bien necesitan recordar que no pueden
considerar las señales que detecten, sean buenas o malas, al pie de la letra.
En lugar de eso deben escuchar tan atentamente y sistemáticamente que
gradualmente desarrollen un enriquecedor y matizado sentido de la naturaleza de su organización, de sus
complejas dinámicas y de lo que significa trabajar en ella. Como Sharer
remarca: “Si nos limitamos a pasear por la organización y a ver una serie de
caras sonrientes y nos decimos que todos parecen felices, es que realmente no
estamos escuchando”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario