Aaron De Smet, Bonnie Dowling, Brian Hancock y Bill Schaninger en McKinsey Quaterly del pasado 13 de Julio plantean que las
personas siguen abandonando sus puestos de trabajo masivamente pero las compañías
siguen intentando atraer y retener el talento de la misma forma que antes.
Esta tendencia hacia la deserción no va a parar. Las
personas están cambiando de trabajos y sectores, pasando de roles tradicionales
a no tradicionales, retirándose de forma temprana o comenzando sus propios
negocios. Están dedicando tiempo para atender a su vida privada o cogiendo años
sabáticos. La “Gran Deserción” se ha convertido en la “Gran Renegociación”.
La competición por el talento es fuerte. Para
determinada categoría de trabajadores las barreras para cambiar de empleadores
se han derrumbado dramáticamente. Por ejemplo en Estados Unidos, a finales de
mayo del presente año, existían 11,3
millones de puestos vacantes. Una subida notable desde los 9,3 de abril de 2021y
aunque los empleadores intentan cubrir estas vacantes la ratio de abandono es
un 25% superior que antes de la pandemia.
Lo que se está pudiendo observar es un desequilibrio
evidente entre la demanda de talento por parte de las organizaciones y el
número de trabajadores dispuestos a ofrecerlo. Los empleadores se apoyan en las
palancas tradicionales para atraer y retener a los profesionales, como por
ejemplo, la compensación, las oportunidades de promoción y los títulos de los
puestos. Estos factores son importantes, particularmente para un amplio
reservorio de trabajadores que pueden ser considerados tradicionalistas, pero
la pandemia del Covid 19 ha llevado a que cada vez más personas revisen lo que
esperan de sus trabajos y de su vida, lo que está creando un amplio grupo de
trabajadores en activo y potenciales que están desdeñando los caminos
tradicionales.
Como resultado, existe un déficit estructural en el abastecimiento
de trabajadores simplemente porque ya no existe suficiente número de
trabajadores tradicionalistas para cubrir todas las vacantes.
Para evitar esta situación las organizaciones tienen
que intentar volver a ganar a los trabajadores no tradicionalistas. Los autores
para entender mejor quiénes son los que pueden ocupar estos puestos vacantes
examinaron las estadísticas económicas y laborales y realizaron una gran
encuesta global para conocer mejor qué factores son los que impulsan a las
personas a permanecer, abandonar o retornar a los trabajos y utilizaron analíticas
avanzadas para definir segmentos específicos de la fuerza laboral.
El análisis de trabajadores de seis países se centró
en los atributos del trabajo que resultan más motivadores para ellos, tanto
desde una perspectiva positiva como negativa, preguntando a los participantes
en la encuesta qué es lo que les puede impulsar a abandonar el trabajo y qué les haría
quedarse o regresar al mismo. Los resultados muestran que muchos profesionales
desean algo más que las zanahorias habituales de la compensación económica y la
promoción.
La investigación también ha servido para identificar
distintos grupos de trabajadores con prioridades distintas en relación a su
vida laboral. Estas diferencias muestran que las organizaciones deben adoptar
un enfoque multifacético para conseguir atraer y retener el talento. Esto no
significa que deban modificar su misión, valores o propósito, sino que deben
exhibir diferentes facetas de su proposición de valor para los empleados a un
número más amplio de trabajadores y mostrarse más creativos en sus ofertas a
sus profesionales actuales y potenciales.
Desde el año pasado se están observando distintos
matices en la forma en la movilidad de los trabajadores. Entre los fenómenos que se están produciendo con más frecuencia destacan:
a).- Redistribución. Los profesionales abandonan sus trabajos y van a trabajar con otros empleadores en sectores diferentes. Algunos sectores están perdiendo talento de forma desproporcionada, otros están luchando por atraer talento y otros están experimentando ambas situaciones.
b).- Reinvención. Muchos trabajadores que están
abandonando trabajos tradicionales están adoptando formas de trabajo no tradicional como trabajo temporal,
a tiempo parcial, etc o montando sus propios negocios. De los empleados que abandonan sus trabajos sin tener otro
disponible el 47% eligen volver a formar parte de la fuerza laboral, pero solo
el 29% de ellos retornan a un trabajo a tiempo completo tradicional.
c).- Reevaluación. Muchas personas abandonan el mercado
laboral no para incorporarse a otros puestos, sino debido a las demandas de la
vida personal como, por ejemplo, para el cuidado de niños, mayores o de ellas
mismas. Estos son los profesionales que puede ser que hayan abandonado
totalmente la vida laboral, contribuyendo a la disminución de talento
disponible.
Aunque existe una
amplia evidencia de que el descontento de los trabajadores es un fenómeno
global, la situación se ha deteriorado más profundamente en determinados
lugares. Por ejemplo, de los participantes en el estudio los procedentes de
India en un 60% expresaban su deseo de abandonar su trabajo actual y un 49% de los
de Singapur, siendo menor este deseo en los casos de los trabajadores de
Australia, Canada, Reino Unido y Estados Unidos. Los participantes de los seis
países mostraban un deseo similar de
tener un trabajo mejor pagado y más satisfactorio, así como la convicción de
que podrían encontrar un trabajo mejor en otro lugar.
Las organizaciones ya
no pueden asumir que pueden suplir a los empleados que se marchan con otros
similares. Globalmente solo un 35% de los que abandonaron el trabajo en los dos
últimos años se han incorporado a un nuevo trabajo en el mismo sector. En
finanzas y seguros, por ejemplo, un 65% de los trabajadores han cambiado de
sector o no han vuelto a incorporarse a la vida laboral. En los sectores
público y social es éxodo ha sido aún mayor (72%).
La situación actual puede
ser muy atractiva para muchos trabajadores y aquellos con determinadas
competencias muy demandadas, como las relacionadas con las tecnologías
digitales el cambio de sector es menor. Las compañías están más centradas en
contratar a las personas por sus competencias más que por su experiencia en
determinado sector y los profesionales con más talento y con las competencias
más demandadas podrán seguir explorando opciones hasta encontrar aquella en la
que encajen mejor.
Para navegar por este nuevo
campo de juego con éxito las organizaciones pueden considerar lo que los
distintos segmentos de trabajadores quieren y cómo pueden lograr su compromiso,
por lo que deben comprender lo que las personas valoran más o detestan más de
su trabajo. La investigación realizada por los autores muestra que los líderes
que no se preocupan o no inspiran son una de las causas principales de
abandono, junto con una ausencia de posibilidades de desarrollo en sus
carreras. La flexibilidad, por el contrario, es uno de los principales factores
motivadores para quedarse.
El estudio identifica, también,
cinco tipos de trabajadores:
I.-
TRADICIONALISTAS
Son las personas muy
orientadas hacia su carrera que aunque se preocupan por el equilibrio en la
vida personal y profesional, están dispuestas a hacer sacrificios en aras de su
trabajo. Se sienten motivadas para trabajar a tiempo completo, largas horas,
para las grandes compañías a cambio de recibir una compensación competitiva, de
promociones en su carrera y de alcanzar
un estatus en la organización.
A las organizaciones
les gusta este tipo de trabajadores porque son más sencillos de encontrar con
las estrategias habituales de reclutamiento y lo que éstos desean se ajusta a
lo que las empresas han ofrecido históricamente a la hora de contratar y
retener a sus profesionales. El problema surge porque, dada la escasez de
talento, son fácilmente atraídos por las
ofertas de compañías rivales con lo que se produce una inflación en los
salarios sin asegurar la permanencia de estos trabajadores.
II.-
LOS BUSCADORES DE AUTONOMÍA
Este grupo, el más
amplio en el estudio, valora la flexibilidad en el entorno laboral, el trabajo
con un significado y la compensación como principales motivadores. Tienden a
tener de 25 a 40 años y buscan la flexibilidad
sobre cualquier otro aspecto. Atraer a esta cohorte puede ser complicado porque
las organizaciones deben mostrar que lo que ofrecen es mejor que lo que ellos
han creado para sí mismos (start- ups, por ejemplo, por lo que deben facilitarles
la libertad y el propósito al que aspiran, junto a una retribución que supere
la que han obtenido por su cuenta.
También pueden ofertar
trabajo modular, definiendo tareas significativas que pueden ser abordadas
individualmente, con mayor libertad horaria para su cumplimiento o gestionando
por resultados en lugar de a través de actividades, incrementando la
responsabilidad sobre el impacto pero dejando que los trabajadores y sus
equipos decidan cómo y cuándo se realiza la tarea.
III.-
LOS CUIDADORES
Son los trabajadores
que han tenido que dejar el trabajo por cuidar a alguien. Los miembros de este
grupo están motivados por la compensación, pero, también, tienen una
constelación de prioridades para retornar al trabajo como la flexibilidad horaria
y de lugar de trabajo, el apoyo a su bienestar y salud, tanto suya como de su
familia y el desarrollo de carrera.
La edad predominante de
este grupo oscila entre los 18 y 44 años, siendo más mujeres que hombres, teniendo
hijos a su cargo o algún otro familiar. Las personas en esta categoría están
dispuestas a ofrecer su tiempo y talentos a compañías que acepten que trabajen
de acuerdo con sus propias agendas. En muchos casos pueden aceptar si se les
ofrecen opciones de trabajo a tiempo parcial, semanas laborales de 4 días,
horarios flexibles, etc.
Muchas organizaciones
reconocen que este creciente grupo de trabajadores potenciales y están
respondiendo a sus demandas, por ejemplo normalizando e incrementando la
utilización del permiso parental y ofreciendo a los padres una mayor
flexibilidad en las vacaciones escolares.
IV.-
LOS IDEALISTAS
Suelen ser jóvenes, con
edades comprendidas entre 18 a 24 años. Muchos son estudiantes o trabajadores a
tiempo parcial. No suelen tener cargas familiares, ni hipotecas u otras
responsabilidades y buscan flexibilidad, desarrollo de carrera y de su
potencial, un trabajo con un propósito y una comunidad de personas de apoyo de
confianza. La compensación se encuentra en un puesto bajo en su lista de
prioridades.
Para atraerles las
organizaciones deben ofrecer flexibilidad, pero deben demostrar, también, su
disposición para invertir en su desarrollo y crear una cultura que conceda gran
importancia al significado y propósito. Valoran la diversidad en el entorno
laboral. Y agendas de trabajo flexibles que les permitan seguir con su
formación.
V.-
LOS RELAJADOS
Este grupo está formado
por una mezcla de profesionales que se han jubilado, de aquellos que no buscan
trabajo y de aquellos que pueden plantearse retornar a un trabajo tradicional
si les ofrecen las circunstancias adecuadas.
Como muchos de los que
se retiraron durante la pandemia, muchos de ellos, han completado sus carreras tradicionales
y pueden no necesitar más dinero para vivir bien, por lo que van a demandar
algo más que una propuesta convencional de valor para retornar a la fuerza
laboral, como la promesa de un trabajo con un significado. Al comprender los
prejubilados y los jubilados que todavía tienen muchos años productivos por
delante representan el segmento más amplio de la fuerza laboral latente. Las
compañías que han mantenido una relación positiva con los profesionales de este
grupo que han perdido deben buscar fórmulas para encontrar el equilibrio que
pueda hacer que sigan colaborando con ellas.
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ResponderEliminarLiderazgo Empresarial en Vistage. Durante más de 65 años, Vistage ayuda a directores ejecutivos, propietarios de empresas y ejecutivos clave a alcanzar nuevos niveles de éxito.
ResponderEliminarCreo firmemente que un factor de la deserción en empresas puede ser la falta de un liderazgo activo y cercano a con el equipo de trabajo; considero que es fundamental que uno se sienta integrado al equipo de trabajo, que los superiores nos integren en una visión compartida, en las metas y los avances logrados; se espera ser tomado en cuenta, considerar sus aportaciones y escuchar a cada integrante, pues cada proceso cuenta. Considero que los subordinados esperan ese compromiso, integración, ser informados sobre los avances, ser empoderados (en medida de lo posible) y motivarse mutuamente, en un clima de trabajo colaborativo, positivismo en pro de una misma meta.
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