Eric Barker , en la
entrada de su blog del pasado 16 de septiembre, ofrece claves para vencer la
ansiedad. Un estudio epidemiológico realizado por la Universidad de Harvard,
por ejemplo, ha puesto de manifiesto que casi el 20% de la población
estadounidense sufre de desórdenes de ansiedad cada año.
Pero, no debemos
demonizarla, ya que puede tener aspectos positivos, sino considerar cuál es nuestra
relación con la ansiedad, como muestran investigaciones recientes que muestran
que podemos crear un nuevo patrón mental alrededor de los pensamientos de
ansiedad que haga que éstos sean más tolerables e incluso nos sirvan de ayuda.
Tracy Dennis – Tiwary, profesora de psicología y neurociencia, aborda esta idea en su libro: "Future tense: why anxiety is good for you (even though it feels bad)”. plantea
que:
El miedo es lo que
sentimos cuando tenemos delante de nosotros un oso gruñendo y ansiedad es
cuando nos sentimos aprensivos ante un futuro imaginado, ante algo que no ha
pasado todavía. La ansiedad tiene dos partes: las sensaciones corporales (
taquicardia, por ejemplo) y los pensamientos (temor, preocupación). Nuestra
mente está fabricando su propio podcast sobre teorías conspiratorias y cada
episodio se refiere a cómo las cosas pueden explotar de forma catastrófica. En
esta situación lo fundamental es la forma en la que interpretamos la ansiedad.
En lugar de etiquetar inmediatamente los pensamientos y sentimientos como
irracionales como irracionales o dañinos podemos tratar de considerarlos como
señales útiles.
La ansiedad no es el
problema es la luz de aviso de n posible problema. Por ejemplo si tenemos que
entregar un proyecto la ansiedad de repente nos empieza a susurrar cosas como: “
si lo estropeas y no lo haces bien vas a terminar en la calle”, con lo que como
respuesta empezamos a trabajar sin descanso, como si estuviésemos poseídos. La
ansiedad es como un padre bien intencionado pero muy controlador y dominante.
El objetivo debe ser no
vencer a la ansiedad sino escucharla sin sufrir. Para ello lo mejor es procurar
encontrar la fuente de la misma para abordarla. Pero si nos encontramos en la situación
en la que nos está paralizando o nos preocupamos por todo podemos:
1.-
Interpretar y reformular la ansiedad de forma diferente
Decirnos a nosotros
mismos que no estamos ansiosos sino excitados.
2.-
Alcanzar un sentimiento de control por medio de la planificación
La incertidumbre está
en el centro de la ansiedad, por lo que para reducirla podemos diseñar un plan.
Por ejemplo preparando un listado con las cosas que tenemos que hacer hoy.
Hacer planes reduce la incertidumbre y la ansiedad se evapora.
3.-
Escoger la excelencia sobre el perfeccionismo
El perfeccionismo constituye
un ciclo eterno de autoflagelación y de retornos menguantes. La búsqueda de la
perfección es inalcanzable, cuanto más la perseguimos, más se nos escapa. La
ansiedad conduce hacia el perfeccionismo y diversos estudios han demostrado que
esto no siempre hace que las cosas sean mejor, con frecuencia las empeora.
Debemos olvidar la
perfección y buscar la excelencia. Tracy Dennis – Tiwary opina que las personas
que buscan la excelencia muestran mayores niveles de ansiedad que los no
perfeccionistas, junto a una mayor conciencia, motivación intrínseca y a una
capacidad ampliada de progresar hacia las metas y mayores sentimientos de
bienestar positivo. Lo que no muestran es una ansiedad debilitante.
Otra recomendación para
aliviar la ansiedad consiste en procurar tener a nuestro alrededor personas que
se preocupen por nosotros, de esta forma la percepción de amenazas se reduce.
Todo es más duro cuando nos sentimos solos. Reir con un amigo es un equivalente
a una exfoliación emocional.
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