Marlene Chism en
SmartBrief on Leadership del pasado 3 de marzo plantea que durante las
disrupciones los líderes deben centrarse en el crecimiento, la resiliencia y el
discernimiento.
En el núcleo del gran
liderazgo está el auto-liderazgo. Como dijo William Penn: “Ningún hombre puede
dirigir a otros si no se puede dirigir a sí mismo”. Dirigirnos durante la disrupción
y la incertidumbre es el mayor reto al
que nos enfrentamos a la hora de liderarnos a nosotros mismos y a los demás. Es
fácil ceder ante la voz interior que amenaza nuestra estabilidad. El camino de
menor resistencia es mostrarnos impulsivos durante los conflictos, es culpar a
la situación política o mundial y a las circunstancias y ponerlas como excusas
para limitar nuestros esfuerzos.
La autora recomienda
como principios universales de auto-liderazgo:
1.- Gestionar nuestros
impulsos
Una buena toma de
decisiones es posible cuando trabajamos desde la corteza prefrontal. Cuando estamos
comprometidos emocionalmente o mentalmente tomamos decisiones impulsivas. No
tenemos que preocuparnos siempre que no dañemos a alguien. Debemos buscar el
apoyo y el descanso que necesitemos para mantener nuestra capacidad durante
tiempos difíciles.
2.- Aceptar la
imperfección
Aún cuando tomemos
decisiones que no sean totalmente perfectas no debemos machacarnos por ello.
Debemos disfrutar de los sorprendentes beneficios del autoconocimiento y
percibir los efectos y reacciones de nuestras elecciones.
Las decisiones
impulsivas nos recuerdan que somos humanos y cómo las emociones afectan la toma
de decisiones. Siempre que nadie quede dañado podemos tomar nuestras decisiones
imperfectas como lecciones que nos da la vida para mejorar nuestro
autoconocimiento y como medio para llegar a tomar mejores decisiones.
3.- Ir más allá de
nuestros límites
En su libro “From conflict to courage” la autora habla de construir capacidad de conflicto que consiste en
buscar la autoexpansión e ir más allá de
los límites autopercibidos. Como líderes si queremos realmente crecer debemos
trabajar para superar retos internos y para ello podemos marcarnos metas y
crear una nueva visión de nosotros mismos.
Tenemos que ser
conscientes de que el liderazgo no se puede considerar como tal sin el
autoliderazgo. Por tanto debemos constantemente desafiar a la voz interior y
negarnos a dejar de crecer. El crecimiento viene siempre de ir más allá de
nuestra zona de confort, sea una recuperación física o se trate de desarrollo
profesional.
4.- Seleccionar bien a
quién escuchamos
Si un consejo que nos
den, aunque sea a través de mentoring o de coaching de liderazgo, no nos atrae
instintivamente debemos prestar atención porque puede ser que algo no está bien
alineado. Todas las personas tienen una opinión, pero ésta no tiene que ser
siempre válida.
Para un buen liderazgo
el discernimiento y el pensamiento crítico son cruciales. Debemos mantenernos
fieles a nosotros mismos porque eventualmente cualquier consejo que sigamos nos
va a afectar. Debemos confiar en nuestro instinto, buscar el consejo de los expertos y evitar el ruido de las
opiniones mal informadas.
5.- Controlar nuestro
patrón mental y nuestro foco
El camino al éxito
nunca es recto. Habrá días en las que nos de la impresión de que vamos como en
una espiral hacia abajo, pero no debemos sucumbir ante la tentación de caer en
un estado depresivo. No comprar la historia que nos estamos diciendo de que la
situación no va a mejorar o que está durando mucho. Eliminar cualquier estresor
innecesario. Alinearnos hacia nuestro resultado deseado en lugar de dejar que
los demás nos distraigan con los suyos.
El liderazgo debe
centrarse en la alineación. Dónde
ponemos nuestra atención va a ser dónde pongamos nuestra energía. Los líderes
saben que los patrones mentales moldean los resultados, por lo que debemos
centrarnos en aquello que promueva el progreso, no en aquello que los impide.
El progreso en un
objetivo que merezca la pena puede parecer lento, pero al final consigue sus
frutos. Cuando las cosas parece que se estancan la clave es la persistencia. No
siempre vamos a ver los resultados inmediatamente, pero si nos mantenemos
constantes llegarán los momentos de logros y avances.
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