domingo, 9 de marzo de 2025

LECCIONES DE LIDERAZGO: VALORAR A LAS PERSONAS

 


John C. Maxwell en “High road leadership. Bringing people together in a world that divides”, que estamos comentando,  plantea que el mejor camino  para liderar y vivir es el que nos eleva y  lleva hacia arriba, ya que presenta muchos beneficios prácticos que producen mejores resultados:

1.- UNIR A LAS PERSONAS

Este tipo de líderes no se centra en el cisma entre las personas. Se centran en las conexiones entre ellas. Construyen puentes en lugar de muros. Encuentran el terreno común para construir puentes para llegar hasta donde las otras personas están. Confían intencionadamente en los demás y dan pasos hacia ellos, estando dispuestos a dar primero, servir primero y construir primero. Saben que estos son los pasos que tienen que dar para crear mejores relaciones, entornos laborales, comunidades, ciudades y culturas.

2.- SACAR LO MEJOR DE LAS PERSONAS

Este tipo de liderazgo se ocupa de valorar a las personas de acuerdo con su potencial. Cuando creemos lo mejor de las personas y les damos lo mejor que podemos ofrecerles, obtendremos lo mejor de ellas. Cuando valoramos a las personas y les añadimos valor, creamos un mundo de valor. Si queremos ser este tipo de líderes debemos dar más de lo que recibimos e intentar tratar a las personas en sus días buenos igual que en sus días malos. Es verdad que algunas personas intentarán aprovecharse de nosotros pero ese es su problema. Los líderes que siguen el camino que les eleva no se enfadan o tratan de vengarse, se limitan a seguir adelante y a trabajar con aquellos que desean convertirse y dar lo mejor de sí mismos.

3.- CREAR GANADORES, SIN CREAR PERDEDORES

Cada vez más líderes en la actualidad consideran el liderazgo como un juego de suma cero, donde la única forma de asegurarse que ganan es lograr que la otra persona pierda. Cuando elegimos el camino “hacia arriba” no intentamos crear perdedores y no consideramos cada desacuerdo como una guerra. Si definimos una ganancia como “dar primero”, no podremos perder y podremos sentir placer al ayudar a los demás a mejorar ellos mismos y su situación. Podemos procurar asegurarnos de que la otra persona gana primero y, si recibimos algo a cambio, estaremos creando  una situación de ganar- ganar.

4.- DESTACAR COMO LÍDER AL SEGUIR EL CAMINO MENOS TRANSITADO

Si elegimos ser este tipo de líderes estaremos siguiendo el camino menos transitado. Mientras estamos sirviendo a los demás y uniéndoles, otros líderes estarán sirviéndose a sí mismos. La mayoría estarán viajando por el camino central y los peores lo harán por el que va “hacia abajo”. Al seguir el camino “hacia arriba” el líder destacará porque sus acciones serán muy diferentes a las de los demás y atraerá a las personas hacia él, porque la mayor parte de las personas desean pasar tiempo con líderes que sean positivos y generosos.

5.- TENER UNA VIDA CON UN SIGNIFICADO IMPORTANTE

Cuando nos centramos solo en nosotros  y en lo que podemos lograr en nuestro beneficio, puede ser que tengamos éxito y esta es la vida que muchas personas escogen. Pero el significado de nuestras vidas está ligado a ayudar a los demás y en hacer el mundo mejor. Si trabajamos para ver las cosas desde las perspectivas de los demás, si hacemos el esfuerzo de añadir valor para ellos y empezamos a ayudarles independientemente de si nos beneficia, nuestra vida será más plena.

El autor recomienda hacer lo siguiente si queremos ser un líder que sigue el camino “hacia arriba”:

1.- Unir a las personas

2.- Valorar a todas las personas

3.- Reconocer nuestra humanidad

4.- Hacer las cosas correctas por las razones correctas

5.- Dar más de lo que recibimos

6:- Desarrollar nuestra capacidad emocional

7.- Poner a las personas por encima de nuestra propia agenda

8.- Abrazar la autenticidad

9.- Ser responsables de nuestras acciones

10.- Vivir con una actitud abierta

11.- No llevar la cuenta de lo que damos

12.- Desear lo mejor para los demás

Este tipo de liderazgo requiere paciencia. Unir a las personas requiere tiempo, pero mantenerse en este camino merece la pena. Aunque existan ocasiones en las que tomemos malas decisiones o nos comportemos como si estuviésemos en el camino “hacia abajo” , no debemos sentirnos avergonzados y cuando pensemos que hemos hecho algo mal debemos admitir nuestra falta, pedir perdón e intentar hacer lo correcto, si podemos, lo que nos volverá a poner en el buen camino.

1.- UNIR A LAS PERSONAS

La forma más rápida y probada de unir a las personas en un mundo que busca la división es encontrar un terreno común. Cuando lo encontramos creamos vías de ir hacia adelante que no existían antes y hacemos posible que las personas trabajen unidas para mejorar su equipo, organización o sociedad.

Cuando los demás construyan muros debemos buscar una puerta, si dicen que no existe nada en común tenemos que doblar nuestros esfuerzos para encontrar algo en común  para compartir para así encontrar una forma de crear una relación.

Los líderes que siguen este camino son conectores.

2.- VALORAR A TODAS LAS PERSONAS

Implica:

a).- Desear valorar a todas las personas. Para ello debemos creer que todas las personas son valiosas y merecen ser tratadas con dignidad.

Valorar a las personas no significa halagarlas o hacer que se sientan importantes, ni intentar gustarles. Consiste en ver el valor de todas como seres humanos y ayudarles a que sientan su valía y a que crean en sí mismas.

b).- Creer en el potencial de todas las personas. Cuando creemos que las personas pueden mejorar, alcanzar metas y hacer contribuciones al mundo seremos capaces de valorarlas y de añadir valor invirtiendo en ellas. Para ello debemos mostrar altas expectativas sobre ellas, invertir en su desarrollo, por medio, por ejemplo de coaching, mentoring, formación,, etc Al hacerlo estamos ofreciéndoles todo lo que nosotros podemos darles y va a depender de ellas el que lo aprovechen o no. También tenemos que mantener conversaciones sinceras si pensamos que no están procurando ofrecer lo mejor de si mismas o utilizando su potencial.

Maxwell sugiere que si queremos valorar a todas las personas y convertirnos en el mejor líder que podamos ser debemos seguir los tres pasos siguientes:

A).- DESARROLLAR UNA APRECIACIÓN HUMILDE DE NOSOTROS MISMOS

Ser conscientes de lo que pensamos sobre nosotros mismos es la clave para entender cuál es nuestro patrón mental en relación con los demás. Los líderes que siguen el camino hacia arriba poseen un fuerte y sano sentimiento de su valía, siendo humildes al mismo tiempo, lo que significa que no piensan demasiado en sí mismos ni se creen que están por encima de las otras personas. Marilyn Gist define esta cualidad como la “humildad del líder”  y la describe como la tendencia a sentir y mostrar una profunda consideración por la dignidad de los demás.

Para valorar a las personas debemos creer en nuestra propia valía. La forma en la que nos veamos nosotros se va a trasladar y va a influir en cómo vamos a tratar a los demás. Al tiempo que reconocemos nuestra valía tenemos que aceptar que no valemos más que los demás.

B).- CENTRARNOS EN LOS DEMÁS

Si deseamos mejorar nosotros, nuestras relaciones con los demás y nuestro liderazgo debemos hacer una elección y conscientemente comenzar a poner nuestro foco en los demás.

C).- ACTUAR

Una parte vital del proceso de cambio consiste en actuar para alcanzar cambios duraderos y para ello debemos comenzar por modificar, si es necesario, nuestro comportamiento, mostrando a las personas a través de nuestras acciones que las valoramos.

Para ello podemos comenzar reconociendo a los demás con palabras amables, buscando terreno común, por medio de preguntas, identificando el valor que tienen y mostrándoselo, encontrando formas de añadirles valor y tratándoles con dignidad.

Valorar a las personas es una acción intencionada, para la que se requiere voluntad para hacerlo.

Al principio cambiar nuestras acciones para mostrar a las personas que las valoramos puede ser sentido como una obligación, pero es necesario hacerlo porque si no lo hacemos no cambiaremos.

Con el tiempo existe un retorno positivo al hecho de valorar a los demás, fundamentalmente de tres tipos:

a).- Relacional: al valorar a los demás estamos generando mejores relaciones.

b).- Emocional: pocas cosas son más gratificantes que el ayudar a otras personas.

c).- Incremento de la influencia como líder. Cuando nos preocupamos por los demás, les valoramos y actuamos teniendo en cuenta sus mejores intereses, nuestra influencia aumenta porque confían en nosotros y tienen un mayor deseo de trabajar con nosotros.

Al valorar a todas las personas todos ganan.

 

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