Jean Francois Manzoni, profesor de prácticas directivas de INSEAD, en los boletines
del 14 y del 28 de febrero de dicha institución plantea que los líderes deben
aprender y practicar nuevas técnicas directivas para vencer los hábitos que les
pueden estar perjudicando.
Los líderes
deben seguir aprendiendo a lo largo de toda su carrera. John Kennedy mantenía
que ”el aprendizaje es indispensable para el liderazgo” y Alvin Toffler decía
que los analfabetos del futuro no serán aquellos que no sepan leer, sino
aquellos que no hayan aprendido cómo aprender.
Esta
necesidad se ha hecho más evidente en nuestro mundo actual caracterizado por
ser volátil, incierto, complejo y ambiguo y por la creciente creación de
conocimiento y cambio que presentan a los líderes nuevos retos que necesitan
respuestas nuevas. Éstos, por tanto, deben continuar desarrollando sus
competencias para hacer frente a estos desafíos.
La
dificultad estriba en la dificultad de integrar los nuevos conocimientos en su
comportamiento en el mundo laboral. Para ello deben:
IDENTIFICAR LA NECESIDAD DE MEJORA.
Si nos
sentimos satisfechos de nuestro desempeño en un área determinada no dedicamos
tiempo y energía a mejorarlo. El primer paso será, por tanto, pasar de la
incompetencia inconsciente a la incompetencia consciente, para poder llegar a
la competencia inconsciente. El problema surge porque para incorporar un nuevo
comportamiento a nivel de liderazgo frecuentemente tenemos que desaprender y
vencer un hábito bien instaurado.
Manzoni
identifica cuatro obstáculos para el cambio de hábitos:
A).- LA DISTANCIA ENTRE CONOCIMIENTO Y ACCIÓN. Actualmente
los ejecutivos tienen muchos conocimientos sobre liderazgo, a través de
lecturas, seminarios, programas de desarrollo ejecutivo,…, pero tienden a saber
más que a actuar. El conocimiento no garantiza que se aplique lo aprendido. En
ocasiones surge el efecto perverso de que por conocer y comprender algunos
conceptos podemos pensar que los estamos implementando. Si no llegamos a
conocer o entender el concepto puede ser que le prestásemos más atención y
dedicásemos más esfuerzos a incorporarlo a nuestras actuaciones.
B).- LA ESCASEZ DE DEDICACIÓN. En muchas
ocasiones los ejecutivos subestiman el esfuerzo que deben dedicar a aprender
nuevos comportamientos de liderazgo de forma que luego lo puedan poner en
práctica. Se sienten satisfechos con una ligera comprensión de los principios y
no los interiorizan, por lo que difícilmente luego los van a poner en práctica.
C).- LA INSUFICIENTE PERSEVERANCIA ANTE
PROBLEMAS EN SU IMPLEMENTACIÓN. Si queremos actuar de forma
distinta y de forma más consistente con nuestro nuevo objetivo debemos:
a).-
Interceptar la respuesta habitual antes de que se produzca (por ejemplo no
hacer o decir lo que diríamos o haríamos normalmente en una circunstancia
determinada).
b).- Buscar
en nuestra mente para encontrar una respuesta más adecuada.
c).-
Producir esa respuesta.
Estos tres
pasos requieren tiempo, atención y
autocontrol y con frecuencia los ejecutivos carecen de ellos por lo que tienden
a revertir a su “comportamiento natural”, especialmente cuando están cansados.
Además no les suele gustar sentirse conscientemente incompetentes y por tanto
pueden caer en la tentación de racionalizar e ignorar los fallos para poder
volver al estado anterior de incompetencia inconsciente.
D). EL APOYO INSUFICIENTE DEL ECOSISTEMA. Cuando los
ejecutivos logran vencer sus limitaciones y dedicar el tiempo y la energía para
desarrollar y practicar nuevos comportamientos con frecuencia se encuentran con
que no tienen un refuerzo positivo por parte de los demás que pueden no darse
cuenta de los esfuerzos realizados o no están
preparados para aceptarlos (por ejemplo delegar tareas cuando
previamente no se ha preparado a los colaboradores para sumir las nuevas
funciones).
El autor
propone para vencer estos obstáculos:
1.- ENFOCARSE EN UN ASPECTO. En lugar de
dedicar nuestro tiempo y energía en distintas dimensiones podemos:
a).- Seleccionar una habilidad en la que
pensemos que la inversión va a producir un gran retorno por la inversión.
b).-Leer y
estudiar sobre esta práctica/comportamiento.
c).- Definir
nuestra meta de forma positiva y descomponerla en pequeños retos manejables.
d).-
Reservar momentos durante la jornada laboral para el descanso y la reflexión,
para evitar la "depleción del ego".
e).- dedicar
tiempo y esfuerzos para asegurarnos de que recibimos el apoyo suficiente por
parte de miembros de los grupos de interés clave.
2.- DESARROLLAR "MINDFULNESS". La mayoría de los ejecutivos se encuentran en una situación de "piloto
automático" tratando de predecir qué va a pasar y pensando sobre el pasado y no se centran en lo que está
ocurriendo en el momento actual. Existe evidencia creciente de los beneficios
de mindfulness (presencia activa).
Manzoni sugiere
para lograr este estado que comencemos por dedicar dos minutos a respirar
conscientemente.
3.- DESARROLLAR PRÁCTICAS REFLEXIVAS. Identificar y
dar la respuesta adecuada es complicado durante situaciones tranquilas y
todavía más difícil bajo presión. Existen diversas acciones para prepararnos
mejor, entre ellas el autor recomienda:
a).- Identificar
diversos escenarios y las respuestas a cada uno de ellos antes de enfrentarnos
a situaciones conflictivas o de cualquier reunión problemática.
b).- Reflexionar
sobre nuestras actitudes, reacciones y comportamientos pasados y sobre nuestros
aciertos y fallos.
c).- Dedicar
tiempo diariamente a la meditación. Mahatma Gandhi reservaba todos los días
momentos para analizar todos sus actos.
4.- SER PERSISTENTES Y TENER FE. El
desarrollo de nuevos comportamientos no es tarea fácil, sino que es frustrante
en muchas ocasiones y podemos sentir que retrocedemos y no avanzamos lo
suficiente. En las ocasiones que nos sintamos desanimados podemos recordar las
palabras de Thomas Edison cuando los demás le preguntaban si había vuelto a
fallar en algún experimento y el decía que no había fallado sino que había
encontrado otra forma de que las cosas no funcionasen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario