Samuel Edwards en Inc.del pasado 30 de junio plantea que cuando se está trabajando como parte de un
equipo la comunicación es fundamental. Sin ella nuestros objetivos pueden ser
malinterpretados, nuestros esfuerzos pueden no ser coordinados y finalmente perdemos
la oportunidad de alcanzar un resultado final cohesionado. Propone 10 reglas de
“oro” para conseguir una comunicación eficaz. Son las siguientes:
1.-
Promover la participación. Esta primera regla es seguramente
la más importante, ya que todos los miembros del equipo deben participar
activamente en las discusiones, si no lo hacen no tiene sentido que formen
parte del mismo. La comunicación es más fluida cuando todos trabajan juntos,
surgen más ideas, alcanzan consenso con mayor facilidad y pueden detectar
posibles fallos con mayor antelación y corregirlos.
2.-
Escuchar a todos. No subestimar el poder de la escucha
activa. No sólo es necesario que todos los miembros del equipo hablen, deben
escuchar también. De esta forma nos aseguramos de que no se pierden ideas o
voces. Al escuchar demostramos que estamos valorando lo que los demás dicen,
estimulando la comunicación ya que éstos se sienten reconocidos a nivel
individual.
3.-
Respetar a todos. Cada
miembro del equipo debe respetar al resto de integrantes del mismo. Esto
implica dar a todos la oportunidad de hablar, plantear críticas de forma
educada y constructiva y tener en cuenta
los sentimientos de los demás. Sin el respeto las hostilidades en el
interior de los equipos pueden empezar a formarse y la comunicación fallará y
con ella la sinergia dentro de los mismos. Cualquier momento de falta de
respeto debe detectarse y corregirse antes de que desencadene un efecto
negativo.
4.-
Dar y pedir feedback. Es
necesario tener la seguridad de que nuestro mensaje es claro y se ha
comprendido de forma adecuada. Al tiempo debemos comprobar que hemos entendido
lo que los demás quieren decir.
5.-
Fomentar la concisión. Cuanto más concisos seamos mejor,
ya que estaremos forzando a los demás a centrarse, también, en los aspectos importantes sin perder el
tiempo o enredarse en detalles secundarios.
6.-
Seleccionar los canales adecuados. Si elegimos un formato
inadecuado para una discusión esta puede fracasar desde el primer momento.
7.-
Aprender unos de otros. Cada miembro de un equipo tiene una
experiencia única, con fortalezas y debilidades. Cuanto más aprendamos unos
sobre otros mejor nos comunicaremos, seremos capaces de anticipar las
perspectivas, saber qué preguntas tenemos que hacerles y aprenderemos cómo complementarnos
unos con otros a la hora de explorar nuevas ideas.
8.-
Hacer preguntas. Es una buena idea hacer preguntas dentro
del equipo aunque pensemos que conocemos todas las respuestas. Las preguntas
inspiran más discusiones y tienden a gravitar hacia áreas que no hemos
explorado en su totalidad. Plantear preguntas del tipo: ¿Cómo podríamos hacer
esto? o ¿Por qué piensas que esto no va a funcionar? estimula la reflexión de sus ideas y conduce a conversaciones más
ricas y fructíferas.
9.-
Aceptar las discrepancias. Debemos ser capaces de asumir que
no todos los miembros del equipo llegarán a las mismas conclusiones. Tenemos
que planificar el que al menos una persona no va a entender las cosas de la
misma forma y puede mantener una postura que puede estar equivocada. De esta
forma evitaremos las sorpresas cuando ocurra y nos da una justificación para
realizar un seguimiento con el grupo en el futuro.
10.-
Sintetizar de forma tangible. Cualquier discusión en
grupo cuando finalice tenemos que resumirla y recoger los acuerdos a los que se
ha llegado dentro del grupo. Debemos elaborar una lista o un documento tangible
que el equipo pueda tener como referencia para conocer los pasos que se tienen
que dar en el futuro.
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