Laura Hills en “The problem employee. How to manage
the employees nobody wants to manage”, que estamos
comentando, plantea que la confianza es necesaria para que los
profesionales puedan hacer su trabajo bien, sin distracciones.
La confianza es un acto
tanto lógico como emocional. Emocionalmente se produce cuando exponemos nuestra
vulnerabilidad a los demás, porque creemos que no se van a aprovechar de
nuestra actitud abierta. Lógicamente ocurre cuando valoramos las probabilidades
de ganancias o pérdidas, calculamos resultados esperados basados en los datos
que recogemos y predecimos que la organización o la persona seguramente se va a
comportar de una manera determinada. Idealmente tanto nuestra emoción como
nuestra lógica estarán comprometidas antes de que demos nuestra confianza. Pero,
con frecuencia, existe un desequilibrio. Por ejemplo, podemos tener pocos datos
sobre si una persona es de confianza y mostrarnos reacios a confiar en ella
(lógica) o podemos sentir unas emociones fuertes positivas sobre ella por lo
que no hacemos caso a nuestra lógica y confiamos en esa persona. Esta es la
forma en que las personas caen víctimas de fraudes o engaños, al apoyarse
exclusivamente en sus emociones, olvidando la lógica. Por otro lado la lógica
nos puede decir que confiemos en alguien, mientras una voz interior nos dice
que no lo hagamos y al confiar podemos equivocarnos como ocurre por ejemplo
cuando las organizaciones contratan a candidatos que sobre el papel parecen
buenos pero luego no son buenos empleados.
Cuando solo están en
juego la lógica o la emoción en nuestra decisión de confiar es más fácil
cometer errores de juicio. No debemos conceder nuestra confianza si nos faltan
datos que la apoyen o si nuestras emociones nos dicen que no lo hagamos.
La confianza es una
palabra que se interpreta mal con frecuencia, ya que las personas suelen querer
decir cosas distintas cuando la utilizan. La autora sugiere diez verdades sobre
la confianza. Éstas son:
1.-
La confianza es un proceso ya que siempre estamos
desarrollando confianza y ésta puede ser fortalecida, debilitada o perdida en
cualquier momento.
2.-
La confianza tiene que ver con las personas no con las cosas.
Podemos utilizar la palabra confiar en relación con cosas como por ejemplo
cuando decimos que confiamos en un coche, pero en realidad lo que estamos
haciendo es confundir confianza con fiabilidad. La verdadera confianza requiere
relaciones interpersonales y compromisos.
3.-
Debemos dar confianza para recibirla. Las personas no suelen
confiar en aquellos que no confían en ellos.
4.-
Siempre existe un riesgo cuando concedemos nuestra confianza. Al
confiar en alguien nos estamos exponiendo a la posibilidad de sentirnos
desilusionados o dolidos. Pero es un riesgo que normalmente merece la pena
correr.
5.-
La confianza es generativa. Crea más confianza. Cuantas más
señales de confianza recibamos, más se incrementa nuestra confianza.
6.-
Ser experto en algo no equivale a que seamos confiables.
Solo porque sepamos cómo hacer bien algo no implica que los demás deban o
quieran confiar en nosotros. Tenemos que demostrar, además, que somos personas
en las que se puede confiar.
7.-
La confianza puede ser enseñada y aprendida. Podemos
aprender tanto cómo ser más confiados, como cómo transmitir confianza a los
demás.
8.-
Compartir sentimientos de forma adecuada puede incrementar la confianza. Es
difícil que generemos confianza si nos relacionamos con los demás de forma
impersonal. Al compartir nuestros sentimientos de forma correcta los demás
pueden sentir que les entendemos y estaremos demostrando que somos sinceros ,
genuinos y de confianza.
9.-
Omitir información puede ser considerado
como una traición. Cuando omitimos información importante
los demás pueden pensar que lo hacemos de forma intencional y preguntarse qué más cosas
estaremos ocultando. Debemos ser cuidadosos, las omisiones nos pueden hacer
parecer personas en las que no se puede confiar.
10.-
La lealtad se asimila a la confianza. Las personas quieren
saber que vamos a estar de su lado y a protegerlas. La confianza es como una
roca sólida cuando una persona sabe que tiene nuestra lealtad.
Grandes traiciones en
las organizaciones son raras. Aunque es posible que un directivo cuente una
mentira descarada a un empleado o que un empleado pueda hacer de forma
intencionada una promesa falsa estos comportamientos no son frecuentes. Lo que suele
ocurrir son las traiciones menores, inintencionadas, que aunque son menos
catastróficas pueden terminar erosionando la confianza. Por ejemplo, los
cotilleos y rumores y señalar injustamente a alguien, debilitan la confianza,
como el hecho de aceptar el crédito por el trabajo realizado por otra persona,
no admitir un error o compartir información confidencial sobre un compañero.
Amy Lyman ha estudiado
la confianza en las organizaciones durante más de 20 años y ha encontrado que
existen tres factores que surgen siempre que habla del tema en sus entrevistas
con profesionales. Éstos son:
a).- Credibilidad.
b).- Respeto.
c).- Justicia y
ecuanimidad.
En organizaciones con un
nivel alto de confianza los empleados se consideran entre sí y fundamentalmente
a sus líderes como personas en las que pueden creer, lo que implica que lo que
dicen es verdad y tienen confianza en que las acciones de éstos sean
consistentes con sus palabras.
Estas organizaciones se
aseguran, también que sus empleados sean
tratados con respeto, preocupándose por su crecimiento y desarrollo y teniendo
en cuenta sus ideas en los procesos de toma de decisiones. También los
empleados sienten que son tratados justamente independientemente de su posición
en la organización.
Las organizaciones que
cuentan con una cultura con alto nivel de confianza se caracterizan, asimismo,
por una buena colaboración entre los
distintos departamentos y jerarquías y buscan soluciones justas ante los retos
complicados.
Desde el punto de vista
de los empleados la confianza no se puede dar por supuesta, ya que los líderes
deben ganar su confianza a través de sus acciones y sus interacciones con
ellos. La confianza se puede promover a través de las conversaciones, pero los profesionales
van a confiar más en lo que vean y experimenten. La confianza se rompe por las
acciones por lo que para repararla se van a necesitar acciones. Pedir disculpas
es una buena forma de comenzar cuando un empleado desconfía de nosotros, pero
no son suficientes. Se necesita algo más, incluyendo el paso del tiempo. Los
empleados que sienten que han sido traicionados por un compañero o jefe,
justificadamente o no, necesitan ver un patrón de comportamiento mantenido antes
de volver a confiar. Hills recomienda
seguir los siguientes pasos para
recuperar una brecha en la confianza:
1.-
Observar y reconocer lo que ha pasado. La confianza rota
supone una pérdida de lo que era o había podido ser. Hay que observar cuál es
la respuesta del empleado ante esa pérdida. Reconocer lo que experimentan y su dolor,
escuchar lo que es importante para ellos y demostrar que lo que sienten y sus
opiniones importan.
2.-
Permitir que los sentimientos afloren.
Facilitar al empleado un foro no amenazador en el que pueda expresar sus
sentimientos y comenzar a trabajarlos. Facilitar un grupo y ofrecer reuniones
individuales puede ayudar a crear foros seguros para los empleados.
3.-
Obtener y dar apoyo. Ayudar a los empleados a pasar de culpar
y sentirse traicionados y víctimas a resolver los problemas.
4.-
Reformular la experiencia. Ayudar a los empleados a contemplar
la situación desde una perspectiva más amplia que incluya las razones detrás de
una serie de decisiones, fallos en la comunicación, malentendidos y
circunstancias fuera del control de la organización para que los que se han
sentido traicionados puedan apreciar de una manera más completa lo que les ha
pasado y las razones de ello.
5.-
Asumir la responsabilidad que tengamos que asumir.
Compartir con los empleados las lecciones que hemos aprendido y las acciones
que realizaremos en el futuro par mejorar
la situación y para prevenir que vuelva a pasar. Responsabilizarnos y ayudar a
los demás a responsabilizarse, también, si es necesario.
6.-
Perdonar cuando podamos. Perdonar no significa excusar.
Significa reconocer el impacto de la confianza rota y estar de acuerdo en
seguir adelante, aprendiendo de lo ocurrido. Si no sabemos lo que hacer para
ayudar a los empleados a superar la pérdida de confianza debemos preguntarles qué se
puede hacer para lograr el perdón y hacernos la misma pregunta si somos
nosotros los que tenemos dificultades para perdonar.
7.-
Dejar ir y seguir adelante. Existe una diferencia entre
recordar y atascarnos en el recuerdo. Nuestros empleados probablemente no van a
olvidar pero pueden elegir mirar hacia delante y no quedarse atascados en el
pasado. Animarles a hacerlo cuando sea posible con un sentimiento de
responsabilidad compartida.
La autora propone
utilizar esta ENCUESTA PARA VALORAR EL
ESTADO DE LA CONFIANZA EN LA ORGANIZACIÓN. Consta de dos partes:
I.-
PARTE 1: PEDIR A LOS EMPLEADOS QUE CONTESTEN ESTAS PREGUNTAS:
A).-
Relativas a sus líderes
1.- ¿Te sientes seguro
con tus jefes?
2.- ¿Piensas que
comunican de forma abierta?
3.- ¿Confías en ellos?
4.- ¿Crees que se
preocupan y fomentan tu desarrollo profesional?
5.- ¿Crees que tus
necesidades e ideas se consideran en el proceso de la toma de decisiones?
6.- ¿Crees que te
tratan justamente y respetuosamente?
7.- ¿Te sientes seguro
comunicándoles tus ideas y opiniones?
8.- ¿Consideras que
tienen credibilidad?
9.- ¿Crees que sus
acciones son consistentes con sus palabras?
10.- ¿Crees que en tu
organización se fomenta la toma de riesgos?
B).-
Relativas a sus compañeros
11.- ¿Te sientes seguro
y confías en tus compañeros?
12.- ¿Tus compañeros te
tratan con justicia y respeto?
13.- ¿Consideras que
tus compañeros tienen credibilidad?
14.- ¿Consideras que
las acciones de tus compañeros son consistentes con sus palabras?
15.- ¿Crees que tus
compañeros guardan la confidencialidad?
16.- ¿Tus compañeros
reconocen tus méritos cuando es adecuado y te dan crédito por tus acciones?
17.- ¿Tus compañeros
reconocen sus errores y aceptan sus culpas?
C).-
Relativas a la organización
18.- ¿Te sientes seguro
en tu entorno de trabajo?
19.- ¿Sientes que tu
trabajo es seguro?
20.- ¿Piensas que las
decisiones que se toman en tu organización son éticas?
21.- ¿Ha cumplido la
organización las promesas que te hicieron cuando te contrataron?
II.-
PARTE II: CONTESTAR ESTAS PREGUNTAS SOBRE TI MISMO
Considerar nuestra
relación con nuestros profesionales y valorar lo “confiables” que somos
respondiendo a las siguientes preguntas utilizando la siguiente escala:
a).- Siempre
b).- Usualmente
c).- Algunas veces
d).- Rara vez
e).- Nunca
1.- Comunico de forma honesta
2.- Mis acciones son
consistentes con mis palabras
3.- Ayudo al desarrollo
profesional de mis empleados y compañeros
4.- Trato a mis
compañeros y empleados de forma justa
5.- Respondo a tiempo
6.- Comparto la
información que debe ser compartida
7.- Respeto las
opiniones de mis profesionales y compañeros
8.- Acepto mi
responsabilidad cuando cometo errores
9.- Guardo las
confidencias que me hacen y nos las comento con otras personas
10.- Hago promesas solo
cuando sé que puedo cumplirlas
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