Laura Hills en “The problem employee. How
to manage the employee´s nobody wants to manage” , que estamos comentando
ofrece claves para gestionar el problema de los chismorreos y cotilleos en el
entorno laboral.
Según Mary Abbajay existe
una enorme diferencia entre el comadreo
y el chismorreo. El comadreo o conversación informal no ligado a tareas del
trabajo puede ayudar a que las personas se sientan más conectadas unas con
otras. Los profesionales pueden desear, de forma natural, compartir sus
experiencias, intereses e ideas personales unos con otros para sentirse más
cerca entre sí. También, pueden conversar informalmente para romper el hielo,
para demostrar su confianza, para que los demás se sientan cómodos, para gustar
y hasta para iniciar y promover amistades. Estas conversaciones con un valor
neutral o positivo pueden ayudar a que los empleados se sientan mejor, más
arraigados y leales hacia la organización y percibir que son miembros valorados
de la comunidad. Por tanto los líderes y directivos deben estar dispuestos a
aceptar un número razonable de conversaciones informales positivas si no interfieren
con las tareas a realizar.
Los chismorreos o
cotilleos, por otro lado consisten en comentarios o conversaciones que suelen
tener consecuencias negativas o destructivas o el potencial de serlo. Con frecuencia
son peligrosos y suelen ser difíciles de gestionar por sus características
insidiosas y potencialmente virales. Pueden comenzar con un comentario más o
menos inocente y si no se hace nada pueden descontrolarse y dejar detrás de sí un
reguero de vergüenza, daño y desconfianza, pudiendo, eventualmente, envenenar a
toda la organización.
Es importante
determinar si unos comentarios se pueden considerar como cotilleos dañinos o
no. Hills recomienda utilizar un test de 10 preguntas para ello. Un comentario
o conversación puede ser identificada como un cotilleo negativo si.
a).- Se regocija o
alegra de la desgracia de los demás.
b).- Tiene una carga
emocional negativa.
c).- Parece perpetuar
el conflicto y/o la negatividad.
d).- Potencialmente
daña a las personas a las que se refiere.
e).- No se comentaría
delante de la persona afectada.
f).- Consiste en un
rumor sin fundamento o sin pruebas sobre otra persona.
g).- Excluye a otros al
desarrollar una cultura de “nosotros “ y “ellos” o de los que están fuera o
dentro.
h).-El que lo
manifiesta ofrece una apariencia falsa de superioridad moral
i).- Arruina
reputaciones.
j).- Revela información
de tipo personal a otros que no tienen
ninguna necesidad de conocerla.
Existen diversas
razones que explican las causas por las que abundan los cotilleos perniciosos a
pesar de su potencial para hacer daño. Entre ellas tenemos que las personas
pueden:
A)- No ser conscientes
de que están chismorreando.
B).- Creer que lo que
dicen es neutro y no tiene ninguna repercusión.
C).- Saber lo que están
haciendo pero no ver nada malo en ello.
D).- Pensar que sus
comentarios van a mantenerse en un plano confidencial por lo que no van a dañar
a nadie.
E).- Creer que no hacen
nada malo al comentar hechos y especulaciones sobre otras personas.
F).- Disfrutar al
hacerlo y pensar que están consiguiendo algo positivo para sí mismas.
Algunas personas creen
que nuestra biología juega un papel. Lolly Daskal sugiere que los seres humanos
estamos programados para disfrutar con los cotilleos, porque incrementan los
niveles de serotonina y otras hormonas con efectos positivos, lo que reduce el
estrés y la ansiedad.
Sherrie Campbell
plantea que existen 6 rasgos negativos que se refuerzan positivamente por los
chismorreos y conversaciones negativas.
1.- La inmadurez. Los
chismosos en el entorno laboral necesitan drama, llamar la atención y conflicto
y tienen tan poca confianza en sí mismos que se sienten obligados a contar y
extender acusaciones falsas e historias sobre otros para sentirse superiores o
jugar el papel de víctimas.
2.- La necesidad de llamar la atención por medio del
histrionismo y la exageración en las historias que relatan. Muchas personas
parece que disfrutan al ser los portadores de cotilleos sorprendentes por la
atención positiva y estatus que les aporta.
3.- La violencia
emocional. La envidia es la emoción más violenta. Las personas buscan destruir
aquello que envidian y una forma muy eficaz, evitando confrontaciones, de ser
emocionalmente violento es diseminar cotilleos dañinos.
4.- La seducción. Las personas
tratan de seducir a los demás compartiendo chismes y cotilleos con ellos. Los chismosos pueden seducir a sus oyentes
por diversas razones, como intentar ser populares o promover sentimientos de
cercanía y pertenencia. Pero en el centro de sus cotilleos está el deseo de
acercarse a la otra persona para obtener un beneficio personal.
5.- Inseguridad. Las
personas que cotillean suelen tener un mal desarrollo de su ego. Los
chismorreos son una herramienta que las personas inseguras utilizan para
sentirse más seguras, al ser una forma sencilla de ser consideradas como
fuentes de información interna creíble, lo que les hace sentirse más
importantes y seguras de sí mismas.
6.- Parasitismo. El
cotilleo negativo se nutre de las emociones y temores de los demás.
Como otros hábitos y
comportamientos humanos negativos el chismorreo es algo que no se soluciona
simplemente con decir a las personas que no caigan en él. Los profesionales
deben conocer bien en qué consiste, cuál es su atractivo y cuáles son las
razones por las que no se debe extender y se tiene que controlar y erradicar.
Por tanto requiere formación, así como seguir una serie de estrategias entre
las que la autora destaca:
1.- Comunicar de forma
regular y consistente. De esta forma minimizamos la influencia y la necesidad
de cotillear porque todos están informados.
2.- Disuadir como política
de la organización. Incluir información sobre el daño que producen los chismes
en el manual del profesional de la organización. Transmitir que son negativos
para la moral y la productividad y que no serán tolerados. Pedir a los
profesionales que no inicien los cotilleos, no participen en ellos y que no los
toleren.
3.- Ser proactivos y
decir al empleado que los difunde que sabemos lo que está haciendo, comentarle
los efectos negativos que tiene. Documentar bien lo que sucede e incluir la
información en las evaluaciones de desempeño. Comentar las consecuencias que
puede tener para él el continuar con este comportamiento.
4.- Establecer discusiones
en grupo sobre el tema, para intentar crear un entorno laboral libre de
chismorreos.
5.- Modelar el
comportamiento que queremos y esperamos de nuestros profesionales y, por lo
tanto, evitar los cotilleos.
6.- Informar a nuestro
jefe cuando los chismorreos están creciendo y ganando seguidores en nuestro
entorno laboral. Los líderes y directivos que apoyan ambientes de trabajo sanos
deben abordar esta situación de forma que se refuerce y promueva una cultura
positiva. No hacer nada fomentará un refuerzo de la cultura negativa.
7.- Enseñar a los
profesionales a mostrar empatía hacia las situaciones de otros compañeros.
8.- Abordar a los perpetradores.
Requiere coraje. Se trata de demostrar con tacto y con ejemplos específicos cómo
su comportamiento está ocasionando disrupciones en el trabajo.
9.- Fomentar y modelar
comentarios y conversaciones positivas, creando una cultura dónde los
profesionales puedan compartir historias positivas sobre el trabajo y sus
vidas.
10.- Mantener la vida
privada, privada, para evitar que pueda ser objeto de chismorreos.
11.- Decir no y enseñar
a los profesionales a decir no para no convertirnos en la audiencia que los
chismosos necesitan.
12.- Gestionar el hecho
y centrarnos en el comportamiento, no en la persona. Por ejemplo, en lugar de
decir ”Eres muy insensible, por estar cotilleando sobre mí”, podemos decir: “Estoy
preocupado por los cotilleos sobre mí y me gustaría que cesasen”.
13. Avisar, documentar
y despedir si es necesario.
Mary Abbajay ofrece una
serie de recomendaciones útiles para los empleados que deseen salir del
círculo de los cotilleos en el entorno laboral. Éstos son:
a).- Mantenernos ocupados
para no tener tiempo para escuchar cotilleos.
b).- No participar ni
mostrar ningún interés en escuchar. No difundirlos.
c).- Darles la vuelta
diciendo algo positivo. No es tan divertido difundir noticias negativas si se
estropean al añadir un comentario positivo sobre la persona que está siendo
atacada.
d).- Evitar al
chismoso. Tener las mínimas interacciones posibles con estas personas.
e).- No compartir secretos.
f).- Elegir las
amistades sabiamente.
g).- Ser directos y
comunicar al chismoso que su comportamiento nos incomoda a nosotros y a
nuestros compañeros.
h).- No temer acudir a
la dirección para exponer la situación.
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