domingo, 27 de abril de 2025

CÓMO GESTIONAR LOS CHISMES EN EL ENTORNO LABORAL

 


Laura Hills en “The problem employee. How to manage the employee´s nobody wants to manage” , que estamos comentando ofrece claves para gestionar el problema de los chismorreos y cotilleos en el entorno laboral.

Según Mary Abbajay existe una enorme  diferencia entre el comadreo y el chismorreo. El comadreo o conversación informal no ligado a tareas del trabajo puede ayudar a que las personas se sientan más conectadas unas con otras. Los profesionales pueden desear, de forma natural, compartir sus experiencias, intereses e ideas  personales unos con otros para sentirse más cerca entre sí. También, pueden conversar informalmente para romper el hielo, para demostrar su confianza, para que los demás se sientan cómodos, para gustar y hasta para iniciar y promover amistades. Estas conversaciones con un valor neutral o positivo pueden ayudar a que los empleados se sientan mejor, más arraigados y leales hacia la organización y percibir que son miembros valorados de la comunidad. Por tanto los líderes y directivos deben estar dispuestos a aceptar un número razonable de conversaciones informales positivas si no interfieren  con las tareas a realizar.

Los chismorreos o cotilleos, por otro lado consisten en comentarios o conversaciones que suelen tener consecuencias negativas o destructivas o el potencial de serlo. Con frecuencia son peligrosos y suelen ser difíciles de gestionar por sus características insidiosas y potencialmente virales. Pueden comenzar con un comentario más o menos inocente y si no se hace nada pueden descontrolarse y dejar detrás de sí un reguero de vergüenza, daño y desconfianza, pudiendo, eventualmente, envenenar a toda la organización.

Es importante determinar si unos comentarios se pueden considerar como cotilleos dañinos o no. Hills recomienda utilizar un test de 10 preguntas para ello. Un comentario o conversación puede ser identificada como un cotilleo negativo si.

a).- Se regocija o alegra de la desgracia de los demás.

b).- Tiene una carga emocional negativa.

c).- Parece perpetuar el conflicto y/o la negatividad.

d).- Potencialmente daña a las personas a las que se refiere.

e).- No se comentaría delante de la persona afectada.

f).- Consiste en un rumor sin fundamento o sin pruebas sobre otra persona.

g).- Excluye a otros al desarrollar una cultura de “nosotros “ y “ellos” o de los que están fuera o dentro.

h).-El que lo manifiesta ofrece una apariencia falsa de superioridad moral

i).- Arruina reputaciones.

j).- Revela información de tipo personal  a otros que no tienen ninguna necesidad de conocerla.

Existen diversas razones que explican las causas por las que abundan los cotilleos perniciosos a pesar de su potencial para hacer daño. Entre ellas tenemos que las personas pueden:

A)- No ser conscientes de que están chismorreando.

B).- Creer que lo que dicen es neutro y no tiene ninguna repercusión.

C).- Saber lo que están haciendo pero no ver nada malo en ello.

D).- Pensar que sus comentarios van a mantenerse en un plano confidencial por lo que no van a dañar a nadie.

E).- Creer que no hacen nada malo al comentar hechos y especulaciones sobre otras personas.

F).- Disfrutar al hacerlo y pensar que están consiguiendo algo positivo para sí mismas.

Algunas personas creen que nuestra biología juega un papel. Lolly Daskal sugiere que los seres humanos estamos programados para disfrutar con los cotilleos, porque incrementan los niveles de serotonina y otras hormonas con efectos positivos, lo que reduce el estrés y la ansiedad.

Sherrie Campbell plantea que existen 6 rasgos negativos que se refuerzan positivamente por los chismorreos y conversaciones negativas.

1.- La inmadurez. Los chismosos en el entorno laboral necesitan drama, llamar la atención y conflicto y tienen tan poca confianza en sí mismos que se sienten obligados a contar y extender acusaciones falsas e historias sobre otros para sentirse superiores o jugar el papel de víctimas.

2.- La  necesidad de llamar la atención por medio del histrionismo y la exageración en las historias que relatan. Muchas personas parece que disfrutan al ser los portadores de cotilleos sorprendentes por la atención positiva y estatus que les aporta.

3.- La violencia emocional. La envidia es la emoción más violenta. Las personas buscan destruir aquello que envidian y una forma muy eficaz, evitando confrontaciones, de ser emocionalmente violento es diseminar cotilleos dañinos.

4.- La seducción. Las personas tratan de seducir a los demás compartiendo chismes y cotilleos con ellos.  Los chismosos pueden seducir a sus oyentes por diversas razones, como intentar ser populares o promover sentimientos de cercanía y pertenencia. Pero en el centro de sus cotilleos está el deseo de acercarse a la otra persona para obtener un beneficio personal.

5.- Inseguridad. Las personas que cotillean suelen tener un mal desarrollo de su ego. Los chismorreos son una herramienta que las personas inseguras utilizan para sentirse más seguras, al ser una forma sencilla de ser consideradas como fuentes de información interna creíble, lo que les hace sentirse más importantes y seguras de sí mismas.

6.- Parasitismo. El cotilleo negativo se nutre de las emociones y temores de los demás.

Como otros hábitos y comportamientos humanos negativos el chismorreo es algo que no se soluciona simplemente con decir a las personas que no caigan en él. Los profesionales deben conocer bien en qué consiste, cuál es su atractivo y cuáles son las razones por las que no se debe extender y se tiene que controlar y erradicar. Por tanto requiere formación, así como seguir una serie de estrategias entre las que la autora destaca:

1.- Comunicar de forma regular y consistente. De esta forma minimizamos la influencia y la necesidad de cotillear porque todos están informados.

2.- Disuadir como política de la organización. Incluir información sobre el daño que producen los chismes en el manual del profesional de la organización. Transmitir que son negativos para la moral y la productividad y que no serán tolerados. Pedir a los profesionales que no inicien los cotilleos, no participen en ellos y que no los toleren.

3.- Ser proactivos y decir al empleado que los difunde que sabemos lo que está haciendo, comentarle los efectos negativos que tiene. Documentar bien lo que sucede e incluir la información en las evaluaciones de desempeño. Comentar las consecuencias que puede tener para él el continuar con este comportamiento.

4.- Establecer discusiones en grupo sobre el tema, para intentar crear un entorno laboral libre de chismorreos.

5.- Modelar el comportamiento que queremos y esperamos de nuestros profesionales y, por lo tanto, evitar los cotilleos.

6.- Informar a nuestro jefe cuando los chismorreos están creciendo y ganando seguidores en nuestro entorno laboral. Los líderes y directivos que apoyan ambientes de trabajo sanos deben abordar esta situación de forma que se refuerce y promueva una cultura positiva. No hacer nada fomentará un refuerzo de la cultura negativa.

7.- Enseñar a los profesionales a mostrar empatía hacia las situaciones de otros compañeros.

8.- Abordar a los perpetradores. Requiere coraje. Se trata de demostrar con tacto y con ejemplos específicos cómo su comportamiento está ocasionando disrupciones en el trabajo.

9.- Fomentar y modelar comentarios y conversaciones positivas, creando una cultura dónde los profesionales puedan compartir historias positivas sobre el trabajo y sus vidas.

10.- Mantener la vida privada, privada, para evitar que pueda ser objeto de chismorreos.

11.- Decir no y enseñar a los profesionales a decir no para no convertirnos en la audiencia que los chismosos necesitan.

12.- Gestionar el hecho y centrarnos en el comportamiento, no en la persona. Por ejemplo, en lugar de decir ”Eres muy insensible, por estar cotilleando sobre mí”, podemos decir: “Estoy preocupado por los cotilleos sobre mí y me gustaría que cesasen”.

13. Avisar, documentar y despedir si es necesario.

Mary Abbajay ofrece una serie de recomendaciones útiles para los empleados que deseen salir del círculo de los cotilleos en el entorno laboral. Éstos son:

a).- Mantenernos ocupados para no tener tiempo para escuchar cotilleos.

b).- No participar ni mostrar ningún interés en escuchar. No difundirlos.

c).- Darles la vuelta diciendo algo positivo. No es tan divertido difundir noticias negativas si se estropean al añadir un comentario positivo sobre la persona que está siendo atacada.

d).- Evitar al chismoso. Tener las mínimas interacciones posibles con estas personas.

e).- No compartir secretos.

f).- Elegir las amistades sabiamente.

g).- Ser directos y comunicar al chismoso que su comportamiento nos incomoda a nosotros y a nuestros compañeros.

h).- No temer acudir a la dirección para exponer la situación.

 

 

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