Chip Heath, profesor de Comportamiento Organizacional en Stanford Graduate School of Business y su hermano, Dan Heath, profesor en la Universidad de Duke, en su libro “Decisive. How to make better choices in life and work” analizan diversas investigaciones para explicar las razones por las que con frecuencia nos equivocamos a la hora de tomar decisiones debido a que nuestra supuestamente mente racional es dominada por profundos prejuicios y deseos irracionales. Mencionan cómo Daniel Kahneman, psicólogo y ganador de un premio Nobel de Economía por sus investigaciones sobre la forma en la que las personas tomamos decisiones apartándonos de la racionalidad esperada por los economistas, en su libro “Thinking fast and slow” describe la facilidad con la que llegamos a conclusiones planteando que lo hacemos porque concedemos demasiada importancia a la información que tenemos delante y no consideramos la que no vemos directamente y está en la trastienda. Llama a esta tendencia: “lo que ves es todo lo que hay” y destaca las limitaciones que tiene esta idea a la hora de tomar decisiones.
Los autores proponen cuatro sencillos principios para encontrar
las mejores respuestas y evitar estos obstáculos a los que llaman “ los 4 villanos de la toma de decisiones”
:
1.- ENFOQUE LIMITADO o tendencia a definir nuestras opciones de forma reducida a
términos binarios, como por ejemplo “¿Debo terminar mi relación con mi socio o
no?” en lugar de “¿Cuáles pueden ser las alternativas para mejorar mi relación
con mi socio?”
2.- LA CONFIRMACIÓN DE LOS PREJUICIOS por la que tras llegar a una rápida interpretación
de una situación buscamos argumentos e información que la apoye. Diversas investigaciones han demostrado que
cuando las personas tenemos la oportunidad de recoger información sobre un tema
solemos seleccionar aquella que confirma nuestras actitudes, creencias y
acciones preexistentes. El problema surge porque puede parecer que tiene una
base científica, ya que se busca exclusivamente un tipo de información que
puede venir de fuentes muy fiables y no distintas alternativas que pueden ser
igualmente valiosas. En el trabajo y en nuestra vida personal con frecuencia
pretendemos estar buscando la verdad cuando lo que en realidad queremos es la
confirmación de nuestras ideas o acciones, con lo que nos podemos encontrar con
respuestas no del todo honestas a las preguntas que hacemos y felicitarnos por
haber llegado a conclusiones bien razonadas y fundamentadas.
3.- EMOCIONES A CORTO
PLAZO. Cuando
tenemos que tomar una decisión difícil nuestros sentimientos se agitan, damos
vueltas en nuestra cabeza a los mismos argumentos, nos angustiamos por nuestras
circunstancias, cambiamos de idea constantemente. Si nuestras posibilidades de
decisión las tenemos representadas en una tabla, con sus pros y contras, es
posible que estemos añadiendo ninguna información nueva pero en nuestra mente
parece que si se están produciendo modificaciones. Nos encontramos atascados y
es el momento en el que lo que más necesitamos es tener perspectiva.
4.- EXCESO DE
CONFIANZA por el que las personas creemos que sabemos más de lo que
realmente de lo que lo hacemos sobre cómo va a evolucionar el futuro. Tenemos
con frecuencia demasiada confianza en nuestras predicciones y utilizamos la
información que tenemos más a mano para sacar conclusiones. El problema surge
porque el futuro tiene una gran capacidad de sorprendernos y no podemos actuar
en áreas que ni siquiera nos podemos imaginar que existan.
Los autores pasan a proponer distintas estrategias para derrotar
a cada uno de los villanos:
I.- AMPLIAR EL
ESPECTRO DE OPCIONES:
De esta forma
venceremos al primer villano, evitando los enfoques limitados y aumentando nuestras posibilidades de
elección. Para conseguirlo debemos:
1.-
EVITAR LOS ENFOQUES LIMITADOS. La mayoría de las
personas pensamos que una decisión implica tener que escoger entre dos o más
opciones, pero con frecuencia en el mundo de las organizaciones nos comportamos como los adolescentes que suelen
actuar:
a).- No eligen sino
deciden directamente una acción a seguir: “Voy a dejar de culpar a los demás”.
b).- Seleccionan
exclusivamente entre dos alternativas: “Estoy decidiendo si ir a la fiesta o no ir ”, en lugar de: “¿Debo ir toda la noche
a la fiesta o primero ir al cine o a jugar al baloncesto con los amigos y
después acercarme un rato a la fiesta?”
Al comportarnos así
vemos sólo un espectro limitado de las opciones que están a nuestra
disposición. Paul Nutt, experto en el análisis de comportamiento organizacional
en una investigación sobre la toma de decisiones en el mundo de la empresa
encontró que cuando las decisiones implicaban sólo dos opciones se demostraba
que eran equivocadas en el 52% de los
caso y esto sólo ocurría en el 32% de las que tenían en cuenta más
alternativas. Nutt explicaba este resultado porque los directivos se centraban
exclusivamente en cómo hacer que funcionasen las dos alternativas más evidentes
sin plantearse si existían otras posibilidades mejores.
Analizar los costes de
oportunidad y contemplar aquello a lo que vamos a renunciar al tomar una
decisión determinada es una forma de ser conscientes de las limitaciones de
nuestra opción y de que existen otras posibles opciones.
Otra técnica que
podemos utilizar es el “test de las opciones que se esfuman” que consiste en
que las opciones que hemos barajado de repente desaparecen y tenemos que
encontrar otras nuevas. Cuando imaginamos que no podemos contar con una
alternativa determinada nos vemos
forzados a buscar otras diferentes, mientras tanto nos limitaremos a las
evidentes sin molestarnos en pensar más allá.
2.- CONSIDERAR DIVERSAS OPCIONES
SIMULTÁNEAMENTE. Permite ir comparando las alternativas y
tener una visión más amplia, lo que es posible y lo que no y las variables que
intervienen. También al barajar distintas opciones no nos involucramos
fuertemente con ninguna y nos permite ir variando nuestra posición mientras
aprendemos y no nos sentimos molestos si se critican. Por último facilita la
posibilidad de encontrar distintas soluciones por lo que si falla una podemos
continuar con otra.
El peligro se encuentra
en que tengamos una sobrecarga de opciones lo que puede llegar a paralizarnos,
buscar dos o tres simultáneamente es suficiente.
A la hora de definir
distintas alternativas debemos procurar que sean:
a).- Diferentes y no pequeñas variaciones de la
original.
b).- Realistas y
válidas. En ocasiones se buscan opciones de poca calidad y viabilidad para
resaltar las ventajas de la que hemos seleccionado previamente y poder defender
sus bondades. Una forma de diagnosticar si está ocurriendo es analizar la
reacción de los miembros del equipo y si se muestran disconformes con las
opciones es que son reales. Si sólo una lo es no se producirá debate. Como
ejemplo las alternativas presentadas por Kissinger en una ocasión: "Guerra
nuclear, mantener la política actual o rendirnos".
Generar distintas
elecciones es complicado entre otras razones por:
2a).- El efecto foco que limita nuestro pensamiento lateral y hace que tendamos a ver las cosas desde una sola perspectiva.
2a).- El efecto foco que limita nuestro pensamiento lateral y hace que tendamos a ver las cosas desde una sola perspectiva.
2b).- La tendencia de
nuestra mente a crear determinadas rutinas como son: evitar las cosas malas y
perseguir las cosas buenas. Los psicólogos han identificado dos esquemas
mentales que afectan nuestra motivación y receptividad hacia las nuevas
oportunidades:
Foco hacia la
prevención que nos orienta a evitar los resultados negativos.
Foco hacia la promoción
que nos lleva a perseguir resultados positivos.
Ambos son útiles y nos
movemos entre ellos al considerar distintas decisiones en nuestra vida. No
coexisten fácilmente, aunque las decisiones más sabias deberían combinar la
cautela con el entusiasmo, minimizando
el daño y maximizando las oportunidades.
3.-
ENCONTRAR A ALGUIEN QUE HAYA SOLUCIONADO PREVIAMENTE NUESTRO PROBLEMA. Si
tenemos dificultades por no saber cómo abordar adecuadamente una situación
resulta útil hablar con alguien que se haya enfrentado previamente a un
problema similar y lo haya resuelto satisfactoriamente.
Hacer benchmarking externo
para detectar buenas e innovadoras prácticas es recomendable, pero siempre
teniendo en cuenta que lo que funciona en determinados entornos puede no
hacerlo en otros, por lo que no debemos olvidar mirar dentro de nuestra
organización para encontrar soluciones.
Los autores
recomiendan, también, que para ser proactivos se pueden recoger nuestros
grandes éxitos en una lista que ellos llaman de juegos, que posteriormente nos
puede servir para estimular la creación de nuevas ideas. En ella se deben
incluir preguntas a hacer, principios que consultar e ideas a considerar sobre
un tema. Puede actuar como una guía para ayudarnos tanto a nosotros como a los
demás a una toma de decisiones posterior
ante situaciones similares. Convierte una búsqueda reactiva: “¿Quién ha
solucionado mi problema?” en proactiva: “Ya hemos encontrado a personas que han
resuelto este problema y esto es lo que recomiendan”.
Otra alternativa que
proponen Chip y Dan Heath es la utilización de analogías, para lo cual es clave
tener la habilidad para extraer los factores cruciales del problema o situación
que nos ocupa. Posteriormente podremos buscar a nivel local (en organizaciones
similares del mismo sector) o general ( entornos completamente distintos) para
encontrar ideas y alternativas innovadoras.
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