Melvin Smith, Ellen Van Oosten y Richard E. Boyatzis en hbr.org del pasado 12 de junio plantean que en
tiempos como los actuales, y como
resultado de la pandemia que estamos sufriendo, los trabajadores se sienten
estresados, tienen miedo y están preocupados por su salud y por su trabajo. Los
directivos experimentan lo mismo pero tienen que seguir gestionando un
presupuesto, garantizando unos productos y servicios y tomando decisiones
complicadas para mantener la viabilidad de sus organizaciones.
Es imprescindible que se
tengan en cuenta las necesidades, temores y preocupaciones de los
profesionales, pero también es vital que se solucionen los problemas urgentes y
que se tomen las decisiones críticas para la supervivencia de la organización.
El problema surge porque para hacer estas dos tareas necesitamos activar dos
partes distintas de nuestro cerebro y en ocasiones podemos quedarnos atascados
en una de ellas.
Las investigaciones de
Anthony Jack muestran dos de las principales redes neuronales que funcionan en
nuestros cerebros. Éstas son:
a).- La red analítica (AN),
que es la que se encarga de las tareas y es la que utilizamos cuando resolvemos
problemas o tomamos decisiones. Nos permite el pensamiento analítico, poder “escanear”
el entorno y mantenernos abiertos a nuevas ideas y personas.
b).- La red “empática” (EN).
Ambas redes se oponen y se
desactivan entre sí . Si una está activada la otra está desactivada. Anthony
Jack llama a estas dos redes “ los polos opuestos del razonamiento”. Las dos
implican una actividad cognitiva, pensamiento rápido y lento y un razonamiento,
pero el razonamiento de AN se ocupa más
de la información y el análisis mientras el razonamiento EN se centra más en
las personas o en observaciones cualitativas.
Los autores proponen para
lograr el equilibrio adecuado seguir una serie de recomendaciones. Éstas son:
I.- Ser conscientes de cuál es nuestra red
predominante. Para
ello nos podemos hacer las siguientes preguntas:
a).- ¿Cómo estoy procesando las cosas en este momento?:
¿Estoy pensando en hechos concretos,
detalles o soluciones? o ¿Estoy reflexionando más abiertamente y creativamente
sobre las posibilidades? ¿Estoy pensando en los que es objetivamente correcto o
incorrecto? o ¿Estoy valorando los méritos relativos de lo que parece justo
moralmente?
b).- ¿Qué tipo de
situaciones o actividades me introducen en mi red analítica? , ¿Qué tipo de
situaciones o actividades me conducen a mi red “empática”?
c).- ¿En conjunto paso más
tiempo en mi red analítica o en la “empática”?
II.- Ejercitar nuestra
red neuronal menos predominante. Existen diversas formas de ejercitar nuestras
redes AN y EN y lo más recomendable es dedicar más tiempo a la que utilizamos
con menos frecuencia. Podemos en el caso de:
1.- “La red “empática”:
a).- Mantener una
conversación diariamente en la que nuestro único propósito sea comprender a la
otra persona, no para solucionarle un problema ni para aconsejarla.
b).- Cuando escuchemos a
alguien debemos dejar de hacer lo que estemos haciendo o de pensar en otras cosas para procurar
dar a esa persona nuestra atención
plena, intentando captar el lenguaje corporal, su estado de ánimo, el tono de su voz, etc.
c).- Si pensamos que hay
algo que sabemos con relativa certeza, cuestionemos ésta y consideremos otras
opciones.
2.- La red analítica:
a).- Reservar determinados momentos para completar
algunas tareas, aunque no exista una urgencia para hacerlo.
b).- Identificar una
situación en el trabajo que requiera un nuevo
enfoque para poder finalizarla satisfactoriamente
e investigar distintas posibilidades que incluyan la utilización de nuevos
recursos en los que normalmente no pensaríamos (pueden ser personas), analizar
sus ventajas e inconvenientes, considerando el coste de cada una de sus
potenciales contribuciones.
c).- Preparar una lista de
todos los gastos mensuales personales y analizar las tendencias mensuales a lo
largo de un año y los gastos más elevados para en este caso ver si se han
cumplido las expectativas generadas por los mismos.
III.- Practicar el procurar mantener el equilibrio
entre las dos redes. Si
hemos dominado ya la habilidad de detectar en qué red estamos operando en un
determinado momento y hemos desarrollado la capacidad de activar la que es
necesaria a demanda estamos preparados para procurar encontrar el equilibrio
entre ambas, para poder pasar de una a otra según sea necesario. Entre las
cosas específicas que podemos hacer están:
1.- Tener claras nuestras
intenciones ya que en ocasiones no se trata de una cuestión de capacidad sino
de motivación.
2.- Cuando tomemos o
comuniquemos una decisión que impacta en otras personas pensar las
implicaciones personales potenciales de
la misma y dedicar tiempo a la atención de estos aspectos relacionales además
de a los técnicos.
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