Ryan W. Buell en la edición
de septiembre – octubre de Harvard Business Review plantea que las organizaciones
deben potenciar el valor de los profesionales al conectarles con los clientes.
La crisis y posterior recesión,
que comenzó en 2008, condujo a lo que los expertos llamaron: “una recuperación
sin empleados” al encontrar las compañías que podían funcionar con menos
trabajadores.
Una discontinuidad
traumática como la pandemia Covid-19 presenta una oportunidad para reconectar
en nuevos términos con la familia, amigos, compañeros de trabajo y hasta con
nosotros mismos. En el mundo de las organizaciones este momento ofrece una
ocasión para reimaginar el papel de los profesionales en el servicio al
cliente. Antes de la pandemia la tecnología ya estaba facilitando la
posibilidad de automatizar las interacciones con los clientes por lo que muchos
directivos estaban buscando formas de eliminar puestos de trabajo.
Adoptar este enfoque en el
momento actual sería un error. Evidentemente para garantizar la eficiencia
algunos roles deberán ser suprimidos. Pero la mayor parte de los directivos
deben preocuparse por encontrar formas de desarrollar a sus profesionales en
lugar de prescindir de ellos, de cambiar sus trabajos para obtener más valor a
través de fomentar que éstos mantengan unas relaciones más profundas con los clientes.
En un artículo: ”Operational transparency”, publicado en la edición de marzo – abril 2019 de Harvard
Business Review, el autor explicaba cómo mostrar el trabajo que los empleados
hacen por los clientes puede conducir a un mayor nivel de satisfacción y
lealtad en los clientes y en su disposición a pagar. El motor principal de este
efecto es el poder de las relaciones, ya que cuando los clientes ven cómo los
profesionales están trabajando para resolver sus problemas otorgan más valor a
dicho trabajo.
Buell sugiere seguir 5
recomendaciones:
I.- Permitir que los
profesionales conecten de forma significativa con los clientes en los momentos
que cuentan.
II.- Ayudar a los empleados a que realicen estas
conexiones modificando los límites de su trabajo.
III.- Encontrar formas en
las que los clientes puedan echar una mano.
IV.- Asegurarse de que los
trabajadores puedan ver el impacto de su labor en la vida de sus clientes.
V.- Invertir parte del nuevo
valor creado en garantizar la estabilidad laboral.
La aplicación más obvia de
estas recomendaciones es en sectores donde las interacciones entre los
profesionales y los clientes son la rutina. Pero experiencias recientes
muestran que el potencial para que los empleados creen conexiones con los
consumidores es mucho mayor de lo que podíamos imaginar. Por ejemplo durante la
pandemia muchas personas han llegado a conocer a los distribuidores de paquetes
y empleados de limpieza y recogida de basuras que servían a sus hogares, igual
que antes conocían a los dependientes de
las tiendas cercanas.
I.- PERMITIR QUE LOS PROFESIONALES CONECTEN DE FORMA
SIGNIFICATIVA CON LOS CLIENTES EN LOS MOMENTOS QUE CUENTAN
Cuando las personas sienten
que mucho está en juego en una interacción, que su bienestar físico, emocional,
social, psicológico o económico puede correr un riesgo de alguna forma, se crea
un momento de verdad para la organización, porque la
experiencia que los clientes tengan va a definir o redefinir cómo la perciben.
Dejar que los clientes se
arreglen como puedan puede hacer que éstos sientan menos confianza en sus
elecciones y en la organización en general y por lo tanto sean menos leales con
ésta. Cuando los empleados se encuentran bien posicionados para responder ante
las necesidades emergentes de los consumidores pueden crear nuevo valor al
reformular el servicio que la compañía ofrece , diferenciando éste del de los
competidores.
Este efecto es tan fuerte
que los clientes solo con conocer que alguien está a su disposición y dispuesto
a ayudar incrementan su grado de confianza, satisfacción y lealtad a largo
plazo.
El servicio consiste en la
acción de personas ayudando a personas y las personas nacen con las
herramientas para ayudarse unas a otras. La empatía nos permite entender cómo
se sienten los demás y diseñar nuestras respuestas en consecuencia. Muchas
compañías ya están seleccionando a sus candidatos buscando empatía, atención a
los detalles y orientación al servicio. Pero aunque contratan a personas con
estas cualidades en ocasiones el diseño de sus trabajos puede dificultar el que
las puedan poner en práctica. Por ejemplo pueden encontrarse con que les falta
tiempo, recursos o la motivación para
establecer relaciones.
Abordar estos problemas
puede liberar un considerable valor para los clientes, las organizaciones y
hasta para los mismos empleados.
II.- MODIFICAR LAS RESTRICCIONES EN EL TRABAJO
Al plantearnos cómo los
líderes pueden crear las condiciones para unas relaciones más significativas
vemos, paradójicamente, el mejor punto para comenzar es aquel en que la
tecnología u otra intervención puede hacerse cargo de una actividad. En lugar
de preguntarnos: ¿Puedo eliminar a este profesional?, preguntarnos si podemos
rediseñar su puesto para eliminar las interacciones rutinarias y sin sentido
con los clientes para permitir que el empleado pueda responder de forma fluida
a sus necesidades mientras establece una relación con ellos aunque sea breve.
Por ejemplo Amazon abrió su
primer supermercado en Seattle justo cuando comenzaba la pandemia. En él se
siguen los objetos cuando son retirados de los estantes para que los
compradores puedan llevárselos directamente sin tener que pasar por caja ya que
las compras se registran automáticamente en sus cuentas. La parte más pesada de
la experiencia de compra, el pago, se ha automatizado.
A pesar de eso Amazon se
apoya en sus empleados, que no están detrás de una caja registradora sino en las
plantas disponibles para atender a los clientes y ayudarles a que encuentren lo
que buscan.
Al ir aprendiendo los
clientes a comprar en sus almacenes y si consiguen automatizar las reposiciones
de material la empresa puede buscar aligerar su plantilla, pero un camino
alternativo y diferenciador consiste en desarrollar a sus empleados permitiendo a los que trabajan
en determinados departamentos crear más valor para los clientes incrementando
sus conocimientos especializados sobre los productos y adoptando un rol más
consultivo en sus interacciones, que permita, por ejemplo aconsejar sobre cómo
combinar vinos y comidas.
Dar a los empleados el
tiempo y el espacio para que ejerzan las tareas que los humanos estamos mejor
equipados para manejar, como conectar con otras personas, utilizar la empatía
para entender los problemas y para resolverlos, puede ayudar a que éstos
aporten más valor que en sus roles originales. Si su papel se torna más
relacional los profesionales necesitarán formación y sistemas para apoyar su
desarrollo y recursos y autonomía para facilitar sus respuestas útiles y
educadas ante requerimientos inesperados de los clientes y medios para
canalizar las ideas, junto a feedback a sus líderes sobre cómo incrementar las
ofertas de la empresa y sus roles aún más.
Existen otras formas de ayudar
a los profesionales a conectar con los clientes en los momentos que importan. Por
ejemplo, en algunos casos la especialización en más de un área permite que
éstos se cubran unos a otros en asuntos rutinarios cuando los clientes
requieran su atención.
En otras ocasiones a través
de un cuidadoso rediseño las tareas pueden ser eliminadas totalmente. Es el
caso de Getaway que alquila pequeñas cabañas en el bosque y carece de servicio
de recepción y de limpieza y atención en
las habitaciones durante la estancia de los clientes. El modelo está diseñado
para que las personas sientan que están entrando a sus propias cabañas en los
bosques. Cuando llegan los clientes utilizan una llave de acceso con un código
y entran en un espacio meticulosamente limpio. Un encargado de mantenimiento habrá
dejado un escrito a mano personalizado junto a un kit que haga que los
huéspedes se sientan bienvenidos.
Getaway aspira a minimizar
las interacciones cliente – empleado para que los clientes puedan compartir
momentos significativos entre ellos y desconecten en la naturaleza. Pero cada cabaña
tiene una línea para acceder inmediatamente a los trabajadores con preguntas o
para demandar ayuda. El modelo de atención al cliente trata a cada huésped como
a un amigo que se aloja en una casa privada. Los miembros de sus equipos utilizan
el nombre de pila de los clientes, solucionan sus requerimientos rápidamente y
procuran añadir un toque personal siempre que es posible. Eliminando tareas
innecesarias los profesionales pueden establecer una conexión emocional con los
huéspedes en las ocasiones en que ésta es importante.
III.- ENCONTRAR FORMAS EN LAS QUE LOS CLIENTES PUEDAN
COLABORAR
Las investigaciones del
autor han encontrado que cuando los esfuerzos que los empleados realizan para
ayudar a los clientes son visibles éstos aprecian y valoran el servicio más y
con frecuencia sienten el deseo de actuar en reciprocidad y aceptan realizar
algún trabajo ellos mismos siempre que se den tres condiciones:
a).- Saber cómo ayudar.
b).- Tener la capacidad de
ayudar.
c).- Creer que su ayuda es
importante.
Esta disposición a ayudar no
implica que se tenga licencia para adjudicar trabajo a los clientes, sino que
reconoce la capacidad humana y la tendencia para contribuir cuando se presentan
metas compartidas. Por ejemplo cuando el ayuntamiento de Boston empezó a mostrar a sus residentes
imágenes del trabajo que sus empleados realizaban para dar respuesta a los
requerimientos de servicios ( como limpiar el graffiti ). Ethan Porter, Michael Norton y el autor
encontraron en un estudio que los residentes se sintieron más implicados con su
ciudad y remitieron más demandas de servicios.
Dejar que los consumidores
echen una mano no solo resulta más eficiente sino que amplía sus experiencias. Nos
sentimos mejor con nosotros mismos cuando podemos contribuir y nuestra
contribución sirve como una forma barata de customizar resultados en los
servicios y los valoramos más. Al involucrar, por ejemplo, a los ciudadanos de Boston en el envío de
peticiones de servicios, por ejemplo, les otorgó voz en la selección de que
problemas abordar primero.
Este fenómeno es llamado por
los investigadores el “efecto IKEA” , en recuerdo de la famosa empresa que deja
el montaje de sus muebles al consumidor.
IV.- DEMOSTRAR EL IMPACTO EN LOS CLIENTES
Desarrollar a los empleados
para que puedan conectar mejor con sus clientes les va a permitir tener una
visión más clara del impacto que su trabajo está teniendo. En sus
investigaciones Buell y sus compañeros han encontrado que de esta forma el
trabajo tiene un mayor significado y se considera más reconocido, incrementando
la satisfacción y el compromiso de los profesionales, pero alcanzar este
resultado con frecuencia requiere una actuación deliberada.
V.- INVERTIR PARTE DEL NUEVO VALOR CREADO EN GARANTIZAR
LA ESTABILIDAD LABORAL Y LA SATISFACCIÓN DE LOS PROFESIONALES
Si la organización se centra
en establecer: relaciones más significativas entre sus empleados y sus clientes
y de esta forma conseguir mayores beneficios a través de un incremento de los precios,
un boca a boca más favorable para el aumento de la lealtad y un crecimiento en
las ventas, parte de estos beneficios deben ir dirigidos a permitir que los
puestos de trabajo de los empleados que lo
han facilitado se mantengan y sean más sostenibles, así como a que sean
económicamente suficientes para que los profesionales no tengan preocupaciones
financieras.
Otro aspecto que hay que
considerar es el del horario y los turnos de trabajo. Si estos últimos son
erráticos el desempeño sufre. En muchas empresas los turnos pueden fluctuar de
semana en semana, cambiando en poco tiempo y dificultando la organización del
tiempo para la vida y las obligaciones fuera del trabajo. En un experimento de
35 semanas de duración realizado en colaboración con Gap en Estados Unidos un
equipo de investigadores encontró que las ventas se incrementaban en un 76%
cuando se ofrecía a los empleados turnos estables y predecibles.
Los humanos somos animales
sociales. Al conducirnos hacia el aislamiento la pandemia nos ha recordado
nuestra avidez por interacciones sociales significativas, por lo que los
clientes y los trabajadores deben mantener relaciones humanas, lo que tendrá
una gran valor en un mundo post – pandemia.
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