Pia Lauritzen en strategy+business del pasado 19 de enero
plantea que si queremos tener impacto
debemos cambiar nuestra forma de hacer preguntas.
La idea de que los líderes podían tener más impacto a
través de hacer preguntas es muy antigua. Ya en 375 a. C. Platón enfatizaba la importancia de enseñar a
los niños cómo hacer y responder preguntas, lo que se convirtió en el
fundamento de la creencia de 2.400 años de antigüedad de que no solo unas preguntas
son más profundas y esclarecedoras que otras sino que algunas personas tienen
más derecho a hacer preguntas que otras.
Como consecuencia, por ejemplo, parte de la autoridad
de los líderes, en contextos organizacionales, se basa en que ésta no es
cuestionada, lo cual implica que los empleados deben contestar a un gran número
de preguntas ( en encuestas, entrevistas o sesiones de coaching, por ejemplo),
pero pocas veces pueden hacerlas de forma proactiva.
La sabiduría convencional defiende que los líderes que
hacen las preguntas correctas obtendrán las respuestas correctas y tomarán las
decisiones correctas. La autora en sus veinte años de investigaciones sobre la
naturaleza y el impacto de las preguntas ha podido observar que esta idea no
solo es falsa sino que puede dañar a las compañías.
Cuanto menos tiempo dedican las personas en una
organización a la reflexión y a hacer preguntas menos se alinean unos con otros
en lo que es importante y mayor es el riesgo de que hagan cosas sin impacto. Las
preguntas no minan la autoridad y la confianza, de hecho ayudan a construirlas.
La autora para liberar el verdadero poder de las preguntas ha identificado
cuatro formas de utilizarlas para ayudar a los profesionales a sentirse más
comprometidos y ser más productivos. Éstas son:
1.- Dirigir la atención de
todos al mismo problema al mismo tiempo
Existe más
tiempo del que pensamos para reflexionar sobre las acciones si los líderes
introducen la reflexión en la toma de decisiones. Por ejemplo, si una organización
va a introducir un nuevo producto o proceso los directivos pueden querer
obtener las perspectivas de los empleados sobre lo que funciona y lo que
necesita mejorar. Invitar a los profesionales a compartir sus pensamientos e
ideas ayudará a la organización a movilizarse rápidamente alrededor de sus
prioridades estratégicas.
En tiempos de elevada incertidumbre y amenazas
ubicuas, sean mercados cambiantes, nuevas tecnologías o competidores, todos
tienen que estar de acuerdo sobre lo que es importante en el momento para que
puedan responder aportando su máximo potencial.
2.- Invitar a todos a hacer
sus propias preguntas
La creencia de que existen preguntas buenas y
correctas o malas e incorrectas está grabada en los métodos que utilizamos para
medir el compromiso de los profesionales, el desempeño de los líderes y la
satisfacción del cliente. Puede ser un error ya que estamos tan acostumbrados a
los cuestionarios y entrevistas que no nos preguntamos si los que las diseñan
saben bien cuáles son las preguntas realmente importantes.
Democratizar el poder de las preguntas, permitiendo
que todos hagan las suyas, ayuda a asegurar el impacto.
3.- Incluir el problema en las
conversaciones cotidianas
Buscar la sabiduría de todos implica reconocer que las
reflexiones y preguntas no deben considerarse un ejercicio desvinculado de las
preocupaciones diarias de los empleados. Por ejemplo Grundfos, con 19.000
trabajadores en todo el mundo, emplea una solución tecnológica que permite que
las personas colaboren virtualmente para resolver los problemas más importantes
de la empresa. Se basa en un método de tres pasos:
a).- Los
líderes marcan la dirección estratégica y abren la participación a todos.
b).-
Los profesionales intercambian preguntas y respuestas. Cada participante decide qué
pregunta y a quién pregunta. Los participantes contestan y hacen una nueva
pregunta a otro participante. La única
regla es que las preguntas deben ser relevantes para el tema a tratar. Este intercambio
puede durar días , permitiendo a las personas con distintas agendas y zonas
horarias intervenir.
c).- Los datos son analizados y compartidos. Los resultados
crean una imagen de lo que es importante para los empleados y sobre el tipo de
cuestiones por las que preguntan. No existe una sola persona que conozca todas
las respuestas pero en una fuerza laboral grande se pueden encontrar personas que
tienen respuestas a algunas de las preguntas.
4.- Utilizar datos para
asegurar que todos están en el mismo camino
Los datos recogidos a través de una plataforma como la
de Grundfos suministran información de lo que gran parte de os empleados consideran
importante. Al comparar lo que preguntan con la forma en que contestan las
preguntas de los demás se obtiene una mejor comprensión de lo que ayuda y
entorpece el progreso.
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