Jack Zenger y Joseph Folkman, en hbr.org
del pasado 19 de junio, plantean que los datos de una evaluación 360º realizada a más de 60.000 líderes ha
demostrado que los mejores líderes son aquellos que son capaces de estar
orientados a resultados de altos con altos estándares de calidad al tiempo que crean equipos comprometidos en
los que es divertido trabajar.
El problema es que no son muy numerosos.
En el estudio mencionado se encontró que únicamente el 13% de los líderes participantes se adaptaban a
este perfil. Los autores buscaron los atributos específicos y comportamientos
que les caracterizaban y hallaron que los líderes jóvenes destacaban por su
habilidad para crear dentro de los equipos entornos divertidos y eficientes y
que los menores de 30 años eran de dos a tres veces más eficaces en alcanzar
buenos resultados y compromiso que sus colegas de mayor edad. Los líderes que
rondaban los 40 años, por el contrario parece que los líderes han elegido entre
la fuerte orientación a resultados o las relaciones interpersonales sólidas. A
partir de esa edad sólo un 10% de los
líderes destacan en ambos aspectos.
La razón de estos resultados se puede
encontrar en el hecho de que los profesionales jóvenes parece que tienen más
interés en mantener relaciones personales estrechas con sus compañeros,
mientras que los de más edad parece que desean mantener la vida profesional y
personal separadas. También puede deberse a que la correlación se encuentre no
tanto en la edad como con la posición. Los autores descubrieron en este sentido
que los supervisores obtenían mejores resultados en ambos aspectos que los
ejecutivos más senior. Con la edad disminuían ambas capacidades pero las
habilidades de relación declinaban más que las orientadas a resultados al ir
ascendiendo en la jerarquía de las organizaciones. Una de las causas puede ser
que los profesionales con menos poder, como los supervisores, sienten que
dependen de las habilidades de los demás si quieren obtener resultados mientras
que los de más alto nivel consideran que son más autónomos.
Los comportamientos que Zenger y Folkman
encontraron que facilitaban el desarrollo de ambas capacidades fueron:
1.- Comunicar claramente la estrategia y
el camino.
4.- Actuar con integridad y generar confianza, para lo cual
no deben pedir a los miembros de su equipo que hagan algo que ellos no estén
dispuestos a hacer.
5.- Desarrollar a sus colaboradores.
6.- Aceptar
recibir feedback y estar dispuesto a aprender de los demás.
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